Guardé del viento la lampara en mi manto, y la luz se me apagó.
Apreté la flor contra mi corazón, ansioso de cariño, y se me quemó la flor.
Apresé el agua porque fuese para mi, y se me secó la fuente.
Quise llegar a un son que no alcanzaba mi arpa, y la cuerda se me saltó.
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