Dar o recibir energía Reiki siempre conlleva efectos saludables para todos y cada uno de los individuos involucrados en ese proceso. Y no conviene olvidar que, al ser el hombre social por naturaleza, siempre resulta altamente satisfactoria- para todos los niveles del ser- cualquier interrelación personal que se realice entre individuos que conecten entre sí de manera "sana" conforme a los criterios y necesidades de cada uno. Pero el Reiki se dirige además a armonizar una actividad no menos importante, que es la relación de cada uno para consigo mismo; puesto que si es cierto que el ser humano es un ser social, no lo es menos que para que cualquiera pueda relacionarse de manera sana, completa y eficaz con los demás- de forma que no resultemos una carga para otros robándoles sus energías, ni otros lo sean para nosotros despojándonos de las nuestras- primero hemos de desarrollarnos nosotros mismos de forma íntegra e integral como individuos físicos, emocionales, mentales y espirituales. Sólo una vez que nos sintamos íntimamente satisfechos con nosotros mismos en todos y cada uno de los niveles que nos conforman, podremos aspirar a mantener una relación sana y enriquecedora con nuestros "vecinos". Y para ese correcto desarrollo personal resulta también de extrema utilidad el Reiki : ya hemos referido que el Reiki trabaja canalizando y administrando el chi - ki- exterior que vivifica todo en el Universo, y que , a su vez, cada ser vivo posee su propio ki interior. Esta energía interior , según cuál sea su estado, define, conforma y a la vez, manifiesta con perfecta claridad cual es el nivel de salud y energía de cada individuo en cada instante vital. De la misma manera que un termómetro marca la temperatura física de nuestro organismo y que dependiendo de lo que marque atribuimos un grado de salud o enfermedad a nuestro organismo físico, el estado que muestre nuestra energía interior en cada chacra - y aun en cada punto de nuestro organismo- reflejará con absoluta precisión nuestro grado de bienestar y evolución en cada uno de nuestros niveles del ser: ya sea físico, emocional, mental o espiritual. Los chacras son similares a vórtices o ruedas energéticas que están situados en diferentes puntos del organismo y que van ascendiendo por la columna vertebral desde el coxis hasta el cuello y la parte superior de la cabeza. Son infinidad los libros y documentos que durante toda la historia conocida de la humanidad se refieren a los chacras, su existencia, significado, funciones , descripción...sobre todo, en la cultura oriental. En Occidente la existencia y el relevante papel que juegan los chacras se conocen desde hace relativamente menos tiempo pero, por fortuna, ahora son conceptos y conocimientos que de manera sencilla y pormenorizada están al alcance de cualquiera- mediante el uso, por ejemplo, de cualquier buscador de internet-" chacra" - hasta la asistencia a casi cualquier biblioteca pública en cualquier lugar-. Por tanto el que tenga interés en información pormenorizada no tiene más que indagar por su cuenta; aquí baste con decir que cada chacra es algo similar al motor regulador del estado del chi interior en cada uno,en los diferentes niveles del ser, y en cada instante de nuestra vida. Y que a través del Reiki se puede armonizar con suma facilidad el estado de nuestro chi a través de la armonización de cada chacra. La simple imposición de nuestras manos sobre cada uno de los chacras durante un cierto tiempo servirá para conseguir que esa energía interior circule con más fluidez, sin estancamientos innecesarios y llegando a todos y cada uno de los puntos a los que deba llegar con eficacia y garantía Y este proceso se repetirá todas y cada una de las veces que una persona ponga las manos sobre los demás o sobre sí misma buscando ese objetivo. Otra cosa es que ese mismo proceso, como en todas las técnicas, se pueda perfeccionar y acrecentar sus efectos mediante la práctica, la observación y el estudio a través de sucesivas sesiones Reiki. Por otra parte, cuanto más uso hagamos del Reiki para nosotros mismos o para los demás, más se irán desarrollando nuestra intuición- en el lado derecho del cerebro- y nuestro conocimiento instintivo de cómo y para qué hemos de usar el Reiki en cada situación y hacia qué puntos exactos del organismo hemos de dirigirlo cada vez. Por tanto y de todo lo expuesto se puede inferir fácilmente la utilidad que pueda tener , al menos para una gran mayoría, el cursar algún grado de Reiki- suficiente para ello el primer nivel- al objeto de recibir el alineamiento , las técnicas y los conocimientos necesarios para poder realizarnos autotratamientos Reiki de manera habitual y siempre que lo consideremos necesario. El premio no es otro que nosotros mismos y el aumento inmediato y acumulativo de nuestro propio bienestar, así como un muy probable sentimiento de mayor seguridad y certeza en la idoneidad de los pasos que demos en nuestra vidas. Ello no es óbice para que podamos alternar los autotratamientos con sesiones Reiki recibidas de otras personas por cuanto la intervención de terceros, sobre todo si son lo suficientemente cualificados, producirá habitualmente mayor intensidad y diversidad en los resultados. Lo ideal para las personas que se sientan identificadas, seguras y confortables con la energía Reiki y sus efectos suele ser combinar ambos tratamientos siempre que lo estimen oportuno. |
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