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domingo, 11 de septiembre de 2011

Sigue a tu Corazón.....hacia donde te lleve.....

El miedo es una emoción inherente a los seres humanos, y ha sido utilizado como herramienta de manipulación a lo largo de nuestra historia; pero es también un factor que puede ser empleado como elemento de distracción, para que no veamos la realidad.
Nuestra propia estadística (y agradecemos a todos los que han participado) señala que la mayoría de quienes tienen miedo a volar temen a que el avión se caiga. A priori, ello significa miedo a caer y morir. Pero, la pregunta es ¿miedo a morir… o miedo a vivir?
Es que morir es fácil. Y la realidad es que, fuera del proceso natural que nos condena a nacer, vivir, y morir, el desafío está en vivir, y no en mantenernos con vida; sino en vivir, experimentar, tomar riesgos, y en progresar en lo interno, antes que en lo externo.
La vida es una belleza y también un misterio, y un milagro que podemos descubrir todos los días, cada minuto, cada segundo, cada instante.
Y el  desafío está en aceptar ambos, la vida y la muerte. Si quieres ser completa/o, debes aceptar ambas realidades.
La verdadera vida es la que está más allá de nuestros miedos. Porque el miedo tiene que ver con la muerte, y la vida tiene que ver con la existencia, con la apertura, con la confianza, con la entrega, con lo nuevo, con lo diferente, con la evolución, con el riesgo, y con el amor.
Mientras los seres humanos piensan (y temen), las flores se abren sin especular si habrá riesgos. Aprende de ellas, de la naturaleza, y confía, por que existen fuerzas en el universo que están a favor de quienes se atreven y se entregan a la evolución.
No acortes el camino, por que ningún camino corto conduce a la realización. La evolución implica saltos y dificultades, más no atajos.
No lo dilates, atrévete a dar el salto, y ve  más allá los miedos… y del miedo a morir; por que el miedo a morir encierra al peor de todos los miedos: el miedo a vivir.
"Hace sólo unos días me ocurrió algo muy curioso que quiero compartir con vosotros. Por la tarde, estuve leyendo unas agudas reflexiones de Osho y, esa misma noche, pude disfrutar en CNN+ de una entrevista al maravilloso José Luis Sampedro. Lo curioso es que el mensaje de ambos eruditos era bastante similar, ya que tanto el papel como la pantalla, con pocas horas de diferencia, me hablaron de lo mismo: el miedo a vivir. Ambos hombres, tan distintos entre sí, se dirigieron a mí como sólo saben hacerlo los sabios. Ellos tienen la virtud de lanzar mensajes universales pero que, a su vez, resuenan en el interior de cada ser humano como si estuviesen pensados para cada uno de nosotros individualmente.
Sampedro me recordó, con su magisterio habitual, que nuestros antepasados vivían la vida porque no tenían miedo a aventurarse. Se atrevían a zarpar en cascarones de nuez rumbo a la otra punta de la Tierra, cuando ni siquiera sabían que ésta era redonda, y pese a que no les esperaba en su destino el microbús de un tour operador. Nosotros, en cambio, nos contentamos con las pulseras de colores que nos habilitan para ponernos ciegos en el bar del hotel, mientras vemos a lo lejos el mar. Nuestros ancestros tenían existencias muy humildes, pero lograban disfrutar de la vida gracias a una impagable virtud: carecían del miedo al fracaso. Sin embargo nosotros vivimos en una sociedad en la que fracasar es una deshonra, cuando el único pecado verdaderamente imperdonable es no perseguir un sueño por temor a fracasar.
En las páginas que leí de Osho, que estaban dedicadas al coraje, coincidía con Sampedro en que la vida sólo merece la pena ser vivida cuando uno renuncia a las certezas y se sumerge en las incertidumbres. Asimismo denunciaba que nuestra actual obsesión por la seguridad nos conduce a una vida tan previsible como triste, mientras que el riesgo permite que una vida pueda llegar a merecer tan hermoso nombre. Cuando el sabio indio habla de riesgo, no se está refiriendo precisamente a hacer el cabra y cometer locuras como conducir un coche a 180 km/h. Osho quiere transmitirnos algo tan sencillo y tan cierto como que debemos asumir los riesgos que hagan falta para intentar dar alcance a nuestros sueños. No estaría mal tener siempre muy presente que cuando lleguemos al ocaso de nuestros días, sólo nos arrepentiremos de aquellas cosas que no hicimos. Por eso tanto Sampedro como Osho nos invitan a que nos arriesguemos, ya que la vida no es otra cosa que un colosal juego en el que sólo los seres libres (de miedo) pueden ganar."

El miedo a vivir

Escrito por Fernando Solera en Cositas buenas, vida

Como combatir el miedo a vivir: Un relato una experiencia.....


<<Yo soy una de las personas que ha cogido mucho miedo a vivir, pero que ha tenido la valentía de superar ese miedo para sustituirlo por unas ganas locas de vivir y ser feliz.
Tuve que superar el miedo a vivir cuando llegaba cada día a casa a mis 15 años y lloraba y lloraba porque no quería ir al colegio, tenía auténtico pánico porque no paraba de sufrir bullying y acoso de los demás niños.
Tuve que superar el miedo a vivir cuando me enfrenté al hecho de que mi enfermedad te deteriora lentamente hasta que te mata, con el inconveniente de que además cuando estás mal, exteriormente no se te ve, y el mundo te toma a broma como si estuvieras contento como unas pascuas. Medicina tras medicina y dificultad tras dificultad uno le coge irremediablemente miedo a vivir.
Cogí miedo a vivir cuando me sentía atascado con mi vida. ¿Esto es la vida? – me pregunté, ¿Esto es lo que me espera?. Me negué rotundamente, sin amigos, sin pareja y sin futuro di un golpe de estado a mi destino. No voy a ser un chico enfermo destinado a vivir en casa de sus padres, trabajando de enchufado al lado de casa, sin apenas amigos y sin pareja de por vida.
Dije: “no más” cogí el miedo a vivir y le di una enorme patada. “O él o yo”  – pensé. “¿Qué sentido tiene vivir la vida si tienes miedo a vivir?“.
Sabía que la vida era maravillosa, que era posible conseguir todo lo que uno se proponga, disfrutar de lo mejor que te puede ofrecer la humanidad. No hemos avanzado millones de años para quedarnos encerrados en casa o vivir más infelices y peor que cuando moríamos con 20 años dónde teníamos que salir cada día a cazar porque si no no comíamos o dónde un simple resfriado nos mataba.
Hace 100 años hubiera muerto con menos de 5 años porque la gente con mi enfermedad no ha sido hasta ahora que, por lo menos, pueden vivir hasta los 30 años con mucha suerte, sería una irresponsabilidad terrible por mi parte rendirme ante el miedo a vivir.
Por todas estas personas que desde hace miles de años han venido sufriendo mi enfermedad sin ninguna oportunidad a vivir. ¿Quién soy yo para desperdiciar mi vida cuando gracias a los descubrimientos del hombre puedo disfrutar la vida dónde otros en mi misma condición no han podido simplemente por nacer un poco antes?
Y te pregunto lo mismo a ti. En la prehistoria se moría antes de los 30 años, había un sufrimiento terrible, no había supermercados, tenían que cazar y los días que no cazaban no comían.
Cualquier enfermedad era dolorosa y causaba la muerte, los peores males te los puedes imaginar y ahora, un simple resfriado se cura con una pastilla.
Hay mucha gente que se tira a métodos mágicos y a creer en pócimas pero no se dan cuenta que si viven ahora tan bien que hasta llegan al punto de despreciar todo lo que tienen y las ventajas es porque muchos seres humanos han muerto y sufrido horriblemente para llegar hacia dónde estamos.
Con la realidad podrás combatir el miedo a vivir. ¿Te han echado del trabajo? Perfecto, cógete tus días de depresión pero punto, no lo uses como excusa para quedarte todos los días en tu casa llorando o para volverte un cobarde alcohólico.
¿Te ha dejado tu pareja? Esas cosas pasan, puedes justificadamente hasta pasarte algún que otro mes triste y de bajón, pero con naturalidad, son cosas que van con el ser humano. Lo que ya no tiene sentido es amenazar con suicidarte si tu pareja no vuelve contigo o caer en una ola de autodestrucción que te lleva a las drogas y una vida sin sentido.
Hay que saber afrontar la vida y el miedo a vivir con valentía y con dignidad. Tus abuelos no pelearon por un mundo más justo para que tú luego te cojas cualquier rabieta y tires tu vida por la borda, porque cuando lo haces no solo tiras la tuya, sino que haces que todas las personas que han peleado por mejorar como sociedad, aquellas que han muerto por unos ideales y un mundo justo hayan muerto por nada.
¿Para qué tantas luchas si luego tú te rindes ante la más mínima tontería?
Hay una cosa que marca mucho la diferencia ante el miedo a vivir y es la capacidad de la persona no solo para defenderse a si misma, sino para defender a los demás y dar la cara por ellos.
Si eres capaz de vivir para los demás, de dar tu vida por ellos o sin ir tan lejos, simplemente defendiendo lo que es justo, jamás el miedo a vivir te podrá derrotar porque tendrás un espíritu luchador tan grande que lo absorberá todo.
Desgraciadamente la gente tiende a esconder la cabeza y no dar la cara. Prefieren ahorrarse todos los problemas posibles aunque estos problemas arruinen la vida a los demás. “Esto no va conmigo” suelen pensar, el problema es que practicando la cobardía uno se vuelve cobarde.
Y ese día en que permaneciste impasible mientras se metían con Pepe, fue justo ese día cuando empezaste la rueda de tener miedo a vivir. Porque si no eres valiente ni para dar la cara por los demás, menos vas a dar la cara por ti mismo, preferirás rendirte.
No solo hay que combatir el miedo a vivir sino que hay que luchar para ser feliz cada segundo de tu vida y no lo conseguirás si te dejaste las agallas por el camino.>>


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