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Vincent van Gogh



(Groot-Zundert, Países Bajos, 1853 - Auvers-sur-Oise, Francia, 1890) Pintor holandés. Vincent Van Gogh era el mayor de los seis hijos de un pastor protestante, y mantuvo con su hermano Theo, cuatro años menor que él, una relación que sería determinante en su existencia y su trayectoria artística. La correspondencia que ambos intercambiaron a lo largo de toda la vida es el testimonio de la intensidad de esta relación(“Cartas a Theo” de la cual hablare al final).
Familia de Van Gogh
Era hijo de un austero y humilde pastor protestante neerlandés, Theodorus van Gogh, y de Anna Cornelia Carbentus. Recibió los mismos nombres -Vincent Willem- que se impusieron a un hermano que nació muerto justo un año antes que él, el mismo día 30 de marzo. Cuatro años después, el 1 de mayo de 1857, nació su hermano Theodorus (Theo). Tuvo también otro hermano llamado Cornelis Vincent y tres hermanas: Elisabetha Huberta, Anna Cornelia y Wilhelmina Jacoba.

Vincent comentaba luego sobre su juventud: "Mi juventud fue triste, fría y estéril..."
Acequia
Dibujo juvenil

Durante la infancia asistió a la escuela de manera discontinua e irregular, sus padres le enviaron a diversos internados, el primero en Zevenbergen el año 1864 y más tarde en 1866 a Tilburg. Dejó los estudios de manera definitiva a los 15 años. Aunque no fue buen estudiante, allí empezó a aficionarse a la pintura. Durante toda su vida se enorgulleció de ser un gran autodidacta.

Desde muy joven mostró un carácter difícil y un temperamento «muy fuerte», esta personalidad le hacía ser muy inestable. Después de su salida de la escuela y una estancia durante un año en Zundert, empezó a trabajar como aprendiz en 1869 en Goupil & Co. de La Haya -luego Boussod & Valadon- , importante compañía internacional de comercio de arte, ramo en el que su familia tenía, alguna tradición. En su familia había tres de sus tíos que eran marchantes de arte y uno de ellos Vicent, era socio de la Goupil & Co(Tras recibir una esmerada educación en un internado privado, con dieciséis años entró como aprendiz en la filial de La Haya de la galería de arte parisina Goupil & Cie., fundada por su tío Vincent; allí conoció las obras de la escuela de Barbizon) En estos primeros tiempos, parece que su adaptación fue buena; hasta llegó a escribir: «Es un negocio maravilloso, cuanto más tiempo se trabaja en él, más ambicioso se vuelve uno». En el año 1873, le propusieron el traslado a Londres, para el suministro de obras de arte directamente a los comercios de esta ciudad. Fue aquí donde tuvo su primer enamoramiento con Úrsula, la hija de la patrona de la pensión donde se hospedaba, pero la chica estaba comprometida y lo rechazó.[ Tras un rechazo amoroso, se volvió cada vez más solitario, hasta que en 1878 se vio impelido por la necesidad de entregarse a sus semejantes, y tras intentar estudiar teología, decidió satisfacer su vocación uniéndose a los mineros de la Borinage. En este período realizó una serie de dibujos de los mineros.

Pasó unos seis meses en Dordrecht como empleado de una librería, y en mayo de 1877 se trasladó a Ámsterdam donde quiso hacerse teólogo. Tuvo que desistir como también abandonar sus deseos de entrar en una escuela metodista; fue rechazado por no saber ni latín ni griego y su falta de facilidad para hablar en público, aunque realmente el motivo era su falta de subordinación. Cada vez le era más difícil adaptarse a un cierto orden y someterse a alguien que le dirigiese.
Un dirigente se compadeció de él por su profundo fervor y lo mandó en 1878, como misionero a la región de Mons a las minas de Borinage, en Bélgica, donde con condiciones extremadamente duras realizó durante 22 meses un trabajo evangelizador entre los mineros de la zona; pero con su fanatismo, lo que conseguía era que le llegaran a temer. Dormía en una pequeña barraca y su estado se degradaba cada día más; además repartía entre los pobres lo poco que tenía. Decía que estaba obligado a creer en Dios para poder soportar tantas desgracias. Cuando sus superiores se enteraron de todo lo que sucedía le enviaron a Cuesmes, permaneciendo un año completo en una absoluta pobreza y en contacto con los mineros, por los que sentía una gran simpatía:

Tejedor frente a ventana
 "Los carboneros y los tejedores siguen constituyendo una raza aparte de los demás trabajadores y artesanos y siento por ellos una gran simpatía y me sentiría feliz si un día pudiera dibujarlos, de modo que estos tipos todavía inéditos o casi inéditos fuesen sacados a luz.(...)".

Después se le suprimió el pequeño sueldo que recibía. Ante todo esto, siguió los consejos de su hermano Theo, del que ya estaba recibiendo ayuda económica, y decidió dar un cambio a su vida y dedicarse a la pintura.

Sembrador

Pintura: aprendizaje

Establecido en 1880 en Bruselas hizo amistad con el pintor neerlandés Anthon van Rappard. Se inscribió en la Academia de Bellas Artes donde estudió dibujo y perspectiva. En esta época realizó esbozos y dibujos basados en las pinturas de Jean-François Millet, representando personajes de campesinos y mineros, modelos de la vida cotidiana, y pintándolos muy realistas y con tonalidades oscuras


Etten

El 12 de abril de 1881 Vincent llegó a Etten a visitar a su hermano. Durante este período va a casa de su primo, el pintor Anton Mauve, quien lo aconseja sobre la pintura; también vuelve a enamorarse, esta vez de una de sus primas Cornelia Adriana Vos-Stricker (Kee), que acababa de enviudar, a la que propuso rápidamente matrimonio, la respuesta de Kee fue: 
«No, jamás, jamás». 
A pesar de esta negativa, insistió mediante cartas que la viuda no contestaba, además de negarse a verlo. Vincent insistió con los padres de ella, fue a su casa a intentar verla de nuevo, los familiares le llegaron a decir que su insistencia era «asquerosa». En diciembre de 1881, escribió a su hermano, le contó la historia y las disputas con su padre: «Pero, como puedes ver, estoy nuevamente en La Haya; por Navidad tuve una disputa bastante grave con nuestro padre, que llegó al extremo de decirme que sería mejor que abandonase la casa. Lo dijo tan enérgico que me fui aquel mismo día»

La Haya

En La Haya, su primo, pintor de acuarelas Anton Mauve, le dio buenos consejos y le insistió en la importancia del aprendizaje de la perspectiva y el dibujo. Vincent realizó las primeras acuarelas y naturalezas muertas, utilizando tonos apagados, como lo demuestra las dos acuarelas: Los pobres y el dinero (1882) y Naturaleza muerta con col y zuecos (1881).

Mientras, su vida amorosa toma un nuevo rumbo. Por desesperación delante del rechazo de su prima Kee, o por compasión, recogió de la calle a Sien Hoornik, una prostituta alcohólica, embarazada y con una hija, con la que vivió durante un año; tanto la madre como la hija le sirvieron de modelo.

En el dibujo Dolor, en el margen inferior, citó las palabras de Jules Michelet del tratado La Femme (1860): Cómo es que hay en la tierra una sola mujer?. Sien, por la falta de recursos económicos, había vuelto a ejercer la prostitución y esto, unido a la gran presión que padecía Van Gogh por parte de su padre, de su hermano Theo y su primo Mauve ( con el que llegó a discutir y romper con su amistad), hizo que este intento de vida familiar también fracasara.
Luego de finalizar su relación con Clasina Maria Hoornik (Sien), se trasladó a Drenthe, al norte de los Países Bajos, donde permaneció durante tres meses y pintó temas paisajistas en pintura al óleo, en los que se puede apreciar la diferencia con los dibujos realizados anteriormente. Como quería plasmar todos los detalles, realizó los óleos con trazos gruesos y pinceladas espesas. Esta temporada sintió más que nunca la soledad; en las cartas dirigidas a su hermano, le insistía en que abandonara su trabajo de marchante y siguiese el camino de la pintura. En diciembre de 1883 regresó nuevamente a la casa paterna, esta vez en Nuenen, donde el padre había sido trasladado.


Nuenen
En Nuenen, fue bien recibido por su familia que le acondicionaron una habitación como taller. En este periodo se dedicó a dibujar y pintar los tejedores. Coincidió con un amigo suyo Anthon van Rappard al que había conocido en Bruselas y que había venido a pasar unos días en Nuenen, los dos juntos estudiaron y pintaron a los tejedores rurales, En estas obras Van Gogh no consiguió la misma técnica que su amigo, pero éste le sirvió de ejemplo.
En la pintura El tejedor en el telar, de mayo de 1884, expresa la dureza y el esfuerzo de este oficio, pero también la dignidad del personaje, aquí Van Gogh demuestra la solidaridad y su identificación con el protagonista, intentando representar el ideal de una sociedad libre de la industrialización y hace una alabanza al trabajo artesanal. La composición de esta pintura hace el efecto como si la figura principal, el tejedor, estuviera enmarcado por el mecanismo del telar, dentro de un enrejado horizontal y vertical que parece integrar al personaje hasta conseguir que llegue a formar parte de la máquina. La claridad del fondo de la pintura hace resaltar todo el dibujo.
En el otoño de 1884, surgió un nuevo enamoramiento, ahora con la hija de un vecino, Margot Begemann, diez años mayor que Vincent, que le acompañaba en sus salidas pictóricas por el campo. Pensaron en contraer matrimonio, pero se encontraron con la firme oposición por parte de la familia de Margot, la cual llegó a intentar suicidarse. Poco después el 26 de marzo de 1885 muere repentinamente el padre de Vincent. Las disputas por la herencia entre su madre y sus hermanas, hicieron que marchase de su casa para irse a vivir a un lugar más amplio que le ofreció el sacristán de la iglesia católica; a su familia, que era protestante, este hecho se vivió como una ofensa.

Durante la primavera de 1885 pintó la que se considera una de sus grandes obras Los comedores de patatas

Los Comedores de patatas
Hasta entonces sus esfuerzos se habían centrado siempre en la representación de una figura, en esta obra se encontró con la dificultad de tener que coordinar cinco personajes y conseguir relacionarlos. Para realizar esta pintura contrató modelos, y realizó diversos esbozos de dibujos de las figuras y estudios sobre detalles, con las manos sujetando el tenedor, la taza o la tetera. Los colores empleados de tonos terrosos no contribuyeron a una fusión armoniosa con el fondo.
En una de sus cartas expresó:
(...) He querido dedicarme conscientemente a expresar la idea de que esa gente que, bajo la lámpara, come sus patatas con las manos que meten en el plato, ha trabajado también la tierra, y que mi cuadro exalta, pues, el trabajo manual y el alimento que ellos mismos se han ganado tan honestamente.(...).

Con ayuda de Theo se imprimieron veinte litografías de Los comedores de patatas, que la gente de los alrededores pudo comprar a precios asequibles.
En un solo día trasladó directamente en la piedra, de memoria y sin dibujos previos, la imagen de Los campesinos comiendo patatas, por lo que en la impresión en papel las figuras están invertidas. De las veinte litografías, Juliana Montford ha logrado identificar ocho, entre las que se encuentra esta, perteneciente al Museo Thyssen-Bornemisza
Esta pintura provocó la ruptura con su amigo Rappard, ya que el hipersensible y vulnerable Van Gogh no aceptó sus comentarios. Rappard le hizo esta crítica basada en una de las 20 litografías:

<<Estarás de acuerdo conmigo en que este trabajo no se puede tomar seriamente, Por fortuna eres capaz de mucho más. Pero, ¿por qué todo lo observas y lo tratas superficialmente, de la misma manera? ¿por qué no estudias minuciosamente los movimientos?. En este cuadro los personajes posan. La mano de la mujer del fondo...!qué poco real! ¿Y qué relación hay entre la cafetera, la mesa y la mano que toca el asa?. ¿Qué función hace esta cafetera? No se mantiene, tampoco la sujetan, entonces, ¿qué? ¿Y por qué el hombre de la derecha no tiene rodillas, ni vientre, ni pulmones? ¿O quizá los tiene en la espalda? ¿Por qué a su brazo le falta un metro de largo, por qué le falta la mitad de la nariz? ¿Por qué la mujer de la izquierda tiene por nariz un mango de pipa acabada en un dado? ¿Y aún te atreves, con esta forma de trabajar, citar a Millet y a Breton? El arte es demasiado elevado para poderlo tratar con tanta negligencia>>


A la vista de esta pintura en París, Camille Pissarro quedó profundamente impresionado por la fuerza expresiva del cuadro. También Émile Bernard escribió en un artículo:
<<Me quedé desconcertado, en esta confusión, por la comida de los pobres en una barraca inquietante bajo una mísera luz. Era grandioso en su fealdad y estaba lleno de una vida inquietante.>>

Seguramente cuando Bernard hablaba de la grandiosa fealdad, se refería a los colores ya que precisamente él tenía un sentido del color mucho más luminoso.
Durante estos dos años en Nuenen completó numerosos dibujos y acuarelas, y cerca de doscientas pinturas al óleo. Los colores usados continuaban siendo oscuros. Su hermano Theo se quejaba en una de sus cartas que eran demasiado apagados y no estaban en la línea del estilo del momento, donde destacaban las pinturas brillantes de los impresionistas. Vicent escribió al respecto:


He leído con mucho placer Los maestros de antaño, de Fomentin. He encontrado «tratadas» en este libro, en diversos sitios, las mismas cuestiones que me preocupaban mucho estos últimos tiempos (...) tratar de dar un valor claro por medio de tonos relativamente obscuros. En una palabra, expresar la luz por oposición a la obscuridad. Ya sé todo lo que piensas del "demasiado negro", pero, sin embargo, no estoy aún absolutamente convencido,(...).


El cuadro Naturaleza muerta con biblia, estuvo pintado en octubre de 1885 antes de su partida hacia Amberes.
Se aprecia la biblia como símbolo de la casa paterna y de toda una educación religiosa. Como contraste aparece La joie de vivre de Zola, el libro del naturalismo y, en opinión de su padre, una de las obras más nefastas. En la pintura Van Gogh coloca la vela, un símbolo religioso, con la idea de situar ambos símbolos al mismo nivel.


Amberes y París



En noviembre de 1885 llegó a Amberes, donde alquiló un pequeño taller sobre una tienda de pinturas, el alquiler lo pagaba su hermano. Compró en unos anticuarios algunas xilografías japonesas, y se dedicó a copiar modelos de yeso de esculturas antiguas, expuestas en la Real Academia, a pesar de su desacuerdo con la enseñanza académica. Descubrió las pinturas de Rubens, que con su colorido y sus formas femeninas le abrieron la alternativa del uso de colores como el carmín y el verde esmeralda. En esta época contrajo sífilis, que aunque fue tratada médicamente, le hizo perder casi todos los dientes. En febrero de 1886, comentó en cartas dirigidas a Theo que sólo se había podido permitir seis o siete comidas calientes desde el mes de mayo anterior.
El año 1886 se mudó a París, para vivir junto a su hermano menor Theo Van Gogh, a quien le avisó con esta simple nota: 
«Estaré en el Louvre desde el mediodía, o antes, si lo deseas». 

Theo, que trabaja en Boussod & Valadon, le presenta a Vincent los trabajos del impresionismo; este contacto produce una paleta más luminosa, donde el color jugaría un rol fundamental en el resto de su obra. Durante los dos años siguientes tendrían múltiples fricciones entre los dos hermanos; siempre fue Theo el que cedió y perdonó.

Se instalaron en Montmartre y empezó a codearse con los artistas de la época que allí se reunían, creciendo como pintor y como ser humano. Conoció a Émile Bernard y a Henri de Toulouse-Lautrec, haciéndose gran amigo de ellos, así como a Paul Gauguin, Georges Pierre Seurat, Paul Signac, Armand Guillaumin, Camille Pissarro, Paul Cézanne
Puente bajo la lluvia
Van Gogh, como muchos pintores de la época, admiraba el arte japonés: Hokusai, Hiroshige, Utamaro, prueba de ello son las réplicas que realizó de grabados japoneses y algunas pinturas suyas que reproducen ese país a manera escenográfica.
A las reproducciones procedentes del Japón se las llamaba japonaiserie. Dos de estas obras realizadas por Van Gogh fueron Prunera en flor y Puente bajo la lluvia, copias de obras de Hiroshige. De estas obras japonesas Van Gogh dejó escrito el siguiente comentario:


<<Envidio a los japoneses por la increíble claridad de la que están impregnados todos sus trabajos. Nunca resultan aburridos ni hacen el efecto de haberlos realizado deprisa... Su estilo es tan sencillo como respirar. Son capaces de hacer una figura con pocos trazos seguros, que hace que parezca tan fácil como abrocharse el chaleco>>




Utilizó los colores complementarios y todo esto le hizo abrirse a una expresión en su arte que no había sospechado en los Países Bajos. Pissarro también le explicó las nuevas teorías sobre la luz y el tratamiento divisionista de los tonos. El artista consiguió ir añadiendo colores más ricos y luminosos a su paleta, gracias a Signac, con quien trabajó en 1887. Practicó pintando paisajes urbanos del barrio de Montmartre y naturalezas muertas ya con colores más vivos; los rojos, amarillos y azules con sus complementarios ya se pueden apreciar casi en todas sus pinturas de este periodo.
Exaltado por la intensidad del clima artístico de París, Van Gogh consiguió con la ayuda de Toulouse-Lautrec, la renovación de su pintura por lo que a la investigación psicológica de los retratos. Pudo apreciar las pinturas exóticas realizadas por Gauguin en la Martinica


El retrato de Mujer en el Café de Tambourin 


es del mes de febrero de 1887. No representa una bebedora en una taberna cualquiera sino que es la imagen concreta de una antigua modelo de los pintores Degas y Corot, Agostina Segaroti, y que en ese momento era la propietaria del bar. El cuadro respira un cierto atractivo exótico, desde el peinado de la mujer pasando por su vestido hasta el fondo de la pintura donde en su decoración se observan láminas japonesas. Una de las cosas más importantes que aprendió en esta época fue la aplicación del contraste complementario, el contraponer los tres colores básicos (amarillo, rojo y azul) a la mezcla formada por los otros dos, como combinación rojo-verde, amarillo-violeta y azul-naranja que refuerzan su tono o se neutralizan al mezclarse en un gris deslucido. Así se observa la aplicación de esta técnica en los Cuatro girasoles donde claramente existe el contraste complementario entre el amarillo y el azul vivo del fondo.




Poco antes de acabar su etapa parisina, Van Gogh realizó tres retratos de Julien Tanguy, llamado por todos los artistas «Père Tanguy».


En su trastienda habían expuesto sus obras Van Gogh, Gauguin, Paul Cézanne y Seurat. Este retrato es la obra representativa de su etapa en París, con una visión frontal, es una imagen de una estructura simple que contrasta con el fondo, que se encuentra decorado con estampas japonesas. El artista neerlandés estaba dispuesto a realizar su sueño mediterráneo en busca de la luz cegadora de la Provenza, con la explosión de la naturaleza y los colores puros, colores que estudió en su colección de estampas japonesas. Fue un periodo muy fértil en el que, por un lado, su arte se inclinó hacia el impresionismo, pero por otro lado, la absenta y la fatiga mental agravan su condición física

Últimos tiempos: Arles

El 21 de febrero de 1888 llega a Arlés
al sur de Francia, primero se instaló en una habitación situada en el Hotel-Restaurante Carrel, por la que pagaba cinco francos diarios; esto representaba sobrepasar sus posibilidades económicas, además el espacio era muy reducido para tener su taller. Pintaba todo lo que veía y ya no necesitaba estampas japonesas, como él mismo reconoció en una carta dirigida a su hermana:


 «Aquí no me hace falta para nada el arte japonés, porque me imagino estar en el Japón y nada más necesito abrir los ojos y ver lo que tengo delante» 


Sus primeros cuadros en Arles fueron típicamente japoneses; la pintura Melocotonero en flor, la realizó en marzo de 1888. Pintó la naturaleza de los alrededores, los campos de trigo, los pantanos del delta del Ródano, el canal del sur de Arles que reflejó en diversas obras como El puente de Langlois


Durante este periodo empezó a utilizar las pinceladas ondulantes y los amarillos, verdes y azules intensos que caracterizan su obra pictórica de los últimos tiempos.
El 24 de mayo de cada año, gitanos de toda Europa acuden en peregrinaje a Saintes-Maries-de-la-Mer para venerar a su patrona santa Sara. Van Gogh acudió a observarlo y aprovechó para realizar pinturas durante ese tiempo. Entre los cuadros hay la obra de Barcas a Saintes-Maries:


<<He pasado una semana en Saintes-Maries. En la playa de arena había pequeñas barcas verdes, rojas y azules, de formas y colores tan bellos que hacían pensar en flores. Son tan pequeñas que casi nunca van a alta mar. Salen cuando no hace viento y vuelven a tierra cuando sopla con demasiada fuerza>>




Retratos

La Mousmé
Al principio de su estancia en Arles se dedicó a la ejecución de retratos. Sin embargo, tenía dificultades para conseguir que alguien posase para Él, sobre todo si eran mujeres; la primera que pudo retratar fue una mujer joven a finales del mes de julio, y le puso el nombre de La Mousmé, nombre japonés que le inspiró la lectura del libro Madame Chisanthème de Pierre Loti

Con los hombres le fue más fácil convencerlos, a cambio les invitaba a una copa en la taberna; podía retratarlos sin ningún problema, y así realizó las obras de El campesino, retrato de Patience Escalier, El zuau, El lugarteniente Millet y El cartero Roulin.


El Campesino
El cartero de Roulin
Con el cartero de nombre Joseph Roulin tuvo una buena amistad, casado con la señora Augustine Roulin y que tenía tres hijos: Marcelle Roulin, Armand Roulin y Camille Roulin. Vincent hace un gran número de pinturas sobre esta familia; el retrato conocido como 
La Berceuse
"La Berceuse" pertenece a la señora de Joseph Roulin

el Retrato de Armand Roulin, Retrato de Camille Roulin y al cartero hasta seis retratos. El poeta, Retrato de Eugène Boch, lo realizó en una visita que le hizo este artista belga en el mes de julio, según explica a su hermano. En este retrato quería captar las ideas románticas del personaje:
<<He exagerado el rubio del cabello, he utilizado también tonos naranjas y amarillo pálido. Detrás de la cabeza, en lugar de pintar la pared ordinaria de la habitación, he pintado el infinito, un fondo plano del azul más rico e intenso que he podido conseguir y con esta sencilla combinación de la cabeza brillante sobre el fondo intensamente azul, he conseguido un efecto misterioso, como si fuera una estrella en la profundidad de un cielo azul>>


Visita de Gauguin a Arles

Van Gogh pasó todo el verano pintando paisajes al aire
Vista de Arles
libre. Para realizar la composición colocaba en el fondo del cuadro toda la parte arquitectónica, con torres de iglesia, chimeneas, casas, pueblos, en una fina franja a la altura del horizonte, el primer plano lo reservaba para los campos y la vegetación. Esto lo hizo con el cuadro Vista de Arles con lirios en primer plano:




El Sembrador
Los segadores con Arles en el fondo, La cosecha, Campos labrados, La viña verde y una de sus obras paisajistas más conocidas El sembrador, realizada en el mes de junio, cuando la cosecha estaba casi a punto, como se puede apreciar en el campo de trigo maduro que hay detrás del sembrador. Con los colores azul y púrpura, y los amarillos relucientes del sol y el cielo consiguió un contraste cromático.

Vincent tenía la intención de crear un taller de artistas, y para esto alquiló en mayo la «casa amarilla» (llamada así por tener paredes de ese color) en Place Lamartine situada al norte de la ciudad de Arles. Theo le envió trescientos francos para poder acondicionar y amueblar modestamente la casa. El único que atendió a su petición del taller fue Paul Gauguin, con el que mantuvo diversas cartas sobre el tema del Atelier du Midi que juntos habrían de fundar y que pedirían la participación de Seurat, Signac y Bernard
La Casa Amarilla
También Theo insistió a Gauguin para que hiciera el viaje a Arles. Gauguin vivía en aquel tiempo en Pont-Aven en la Bretaña; estaba lleno de deudas, se sentía incomprendido y soñaba con la fundación de un círculo de pintores, pero seguramente no había pensado en Van Gogh como componente del mismo. Su meta era la Martinica, pero la cuestión económica era un impedimento. Theo van Gogh era el galerista y el marchante de Gauguin y éste pensaba que detrás del carácter extraño de Vincent y las intenciones de Theo se ocultaba alguna estratagema comercial; por lo que no se decidía a viajar hacia Arles. Así se lo hizo saber en una carta dirigida a Émile Bernard, en octubre de 1888:


<<Por más que me aprecie, no creo que Theo se preste a mantenerme al Midi, solamente por mi cara bonita. Con su carácter frío holandés ha estudiado el terreno y proyecta alguna cosa...>>

Retrasó el viaje, disculpándose por carta, hasta que Theo acabó pagando todas las deudas que tenía Gauguin, entonces viajó a Arles el 23 de octubre. Mientras, Vincent había realizado diversas series de pinturas para decorar la casa, especialmente la habitación destinada a Gauguin.

En la pintura Jarro con doce girasoles, pintado en agosto de 1888, Van Gogh buscaba el espíritu del simbolismo. La meticulosidad de las flores contrasta con la caótica situación de las hojas así como la pastosa aplicación del color que, delante del fondo azul claro, consigue que el cuadro tenga un significado que va más allá que la simple reproducción de las flores. Expone la imaginación del artista y su gran fuerza expresiva y esta fuerza exigía un gran delirio de sentimientos.
Durante este mes de agosto realizó cuatro pinturas sobre girasoles: primero con tres flores, después con cinco, hasta llegar a la de los doce girasoles sobre un fondo azul, y otro con quince girasoles sobre fondo amarillo.

Los Girasoles
Antes de la llegada a Arles de Gauguin, le envió un autorretrato, con el título de Autorretrato como un bonzo, cuadro en el que es evidente su identificación con el japonismo, se pintó con la cabeza rapada al estilo bonzo.
Gauguin fue el que impulsó a Van Gogh para que pintase lugares históricos de Arles y así trabajaron juntos y pintaron la serie de vistas de Alyscamps. Escogieron diferentes motivos, Gauguin pintó un paisaje con un encanto pintoresco y más bien refinado, mientras que Van Gogh escogió un paseo enmarcado por altos álamos que tenían un color amarillo puro que contrastaba con el verde-azul del cielo, en cambio el color empleado por Gauguin era mucho más tímido. Se pintaron mutuamente, Gauguin pintó de perfil a Van Gogh y éste pintó a Gauguin de espaldas

Van Gogh pintando los girasoles (de Gouguin)

Pérdida de la oreja

Con el paso de las semanas, la convivencia de los dos artistas fue empeorando, debido a sus diferencias personales, acentuadas por el carácter muy temperamental de ambos. Pasados menos de dos meses, en la tarde del 23 de diciembre de 1888, Van Gogh y Gauguin tuvieron un altercado que dio origen a una de las explicaciones que se han dado acerca de la pérdida de la oreja derecha del primero, o de parte de ella. Esta versión indica que Van Gogh amenazó a Gauguin con una navaja y que, como consecuencia del disgusto, por la noche se mutiló el lóbulo de la oreja izquierda (no, por tanto, la oreja completa). A continuación, Van Gogh habría envuelto el lóbulo en un paño y se habría dirigido a su burdel favorito, donde presentó este «regalo» a una prostituta llamada Rachel. Posteriormente, habría regresado a la «casa amarilla» de Arles, donde se desmayaría. Descubierto por la policía, fue enviado al hospital Hôtel-Dieu, en Arles mismo. Se avisó a Theo, y Vincent quedó ingresado durante catorce días. Gauguin dejó Arles con rumbo a París y no volvió a tener contacto con Vincent, exceptuando algunas cartas posteriores.

Añadir leyenda
Otras teorías apuntan a que, en realidad, Van Gogh habría perdido el lóbulo de su oreja como resultado de la agresión de Gauguin con su daga. Posteriormente, Gauguin ofrecería a la policía la versión de que la pérdida del lóbulo se habría debido a una autolesión.

Conocemos bastante bien cómo sucedieron los hechos, el 23 de diciembre de 1888, a través de la narración del pintor Paul Gauguin (a quien Van Gogh había invitado a compartir su casa de Arles) y de noticias en periódicos de la época.
"¡Dios mío, qué día!  Al atardecer, tras un parvo refrigerio, salí a dar una vuelta. Había casi cruzado la plaza de Victor Hugo cuando escuché tras de mí el sonido familiar de unos pasos, rápidos pero irregulares. Me volví justo en el momento en que Vincent se abalanzaba, con una navaja de afeitar abierta en la mano. La expresión de mi mirada debió ser terrible, pues paré, y bajando la cabeza corrió en dirección a la casa... Alquilé una habitación en el hotel más próximo y pasé allí la noche, donde, lógicamente tenso, tardé en dormirme. Me desperté a las siete y media... encontré un grupo de gente a la puerta de la casa, con varios guardias, y el comisario." "Resulta que Van Gogh, al regresar a casa, inmediatamente se cortó la oreja. Debió tardar bastante en controlar la hemorragia, pues, al día siguiente hallamos varias toallas ensangrentadas por el suelo de las dos habitaciones inferiores. Al encontrarse mejor, con una boina vasca bien ladeada marchó a una casa en la que se puede lograr un encuentro casual, y le dio a la portera la oreja, cuidadosamente lavada y metida en un sobre. "Aquí hay, dijo, un recuerdo mío".  Regresó a la casa, se metió en la cama y se durmió... Yacía en el lecho, enteramente cubierto por las mantas, encogido como, un rosco; parecía sin vida. Suave, muy suavemente, toqué su cuerpo, le noté con vida... En voz muy baja le dije al comisario: Por favor, despierte con cuidado a este hombre, y si pregunta por mí diga que me he marchado a París; el verme puede resultar fatal....."
Paul Gauguin


Un estudio forense practicado a los restos exhumados del artista ha interpretado que, efectivamente, la herida no pudo deberse a una automutilación.
Al regresar a su casa Van Gogh pintó el Autorretrato con oreja vendada, mostrando toda la parte derecha de la cabeza con una venda.
En el fondo en la parte izquierda, se puede ver una xilografía japonesa que con su colorido contrasta con el blanco de la parte de la cara donde tiene la herida. El cuadro debió ser pintado delante de un espejo, ya que la oreja herida fue la izquierda. Pasadas cuatro semanas volvió a ser ingresado ya que presentaba síntomas de manía persecutoria, se imaginaba que lo querían envenenar. Durante unos diez días estuvo bajo el tratamiento del Dr. Félix Rey. En marzo, atendiendo una petición de los vecinos de Arles que avisaron a la policía, fue ingresado una vez más, permaneciendo seis semanas en el Hospital Hôtel-Dieu de Arles. El 17 de abril, Theo contrajo matrimonio con Johanna Bonger en Ámsterdam. Poco después, Vincent decidió internarse voluntariamente en el hospital mental de Saint-Paul-de-Mausole, un ex-monasterio, en Saint-Rémy-de-Provence, a unos treinta y dos kilómetros de Arles.

Saint-Rémy-de-Provence

Los últimos años de Van Gogh estuvieron marcados por sus permanentes problemas psíquicos, que lo llevaron a ser recluido en sanatorios mentales de forma voluntaria, entre los que se encontraba el manicomio de Saint-Rémy. En el sanatorio tuvo dos habitaciones una habilitada para hacerla servir de taller. 
Uno de los primeros cuadros, fue Iris, donde muestra una gran vitalidad rítmica y una gran conjunción de colores. En esta época su pintura se caracteriza por la presencia de remolinos, como se puede observar en una de sus pinturas más conocidas, La noche estrellada



Cuando dejó de salir a dar paseos por los alrededores de la clínica, empezó obras donde los temas eran pinos, cipreses y olivos. Fue durante el mes de junio cuando desarrolló los efectos pictóricos de los árboles, de los olivos con sus troncos sinuosos, hizo varios cuadros: Alpilles con olivos en primer plano, Olivo y Recolección de la oliva. Los pinos los tenía como modelos en el mismo jardín del hospital. Uno de los primeros cuadros fue Maleza, donde sólo se aprecian en la parte inferior de los troncos con tonos constituidos por azules fríos. A continuación pintó los pinos que se aprecian en los cuadros: El jardín del hospital de Saint Paul y Pinos en el cielo de la tarde. Pero fueron los cipreses, con su forma triangular, los que le sirvieron para crear una magnífica serie de paisajes. Incorporaba la mancha oscura del ciprés en muchas de sus grandes composiciones, como en La noche estrellada y, entre otras, en Campo de trigo con ciprés, Cipreses con dos mujeres y Ciprés en el cielo estelar


En Sant Remy, volvió a tener la necesidad de copiar a pintores que admiraba, por lo que pidió a su hermano Theo que le enviase láminas de reproducciones, a partir de las que el interpretaba el color a su manera. De esta forma exploró temas religiosos como La Piedad (Delacroix), donde pintó a Cristo con el cabello y la barba de color rojo y La resurrección de Lázaro (Rembrandt). También volvió a copiar algunas de sus pinturas favoritas, las de Millet: la Campesina batiendo el lino y La Noche (a partir de La Veillée de Millet). Todas se conservan en el Museo Van Gogh de Ámsterdam.

 Exposiciones en vida

La primera exposición fue en París en 1889, en el Salón de los Independientes, organizada más tarde (entre mayo y octubre) que en otros años, para que pudiera coincidir con la Exposición Universal de aquel mismo año. La elección de obras las hacían los mismos artistas pero los nuevos socios sólo podían presentar dos, y Van Gogh indicó a su hermano las dos pinturas que quería enviar: La noche estrellada (1888) e Iris (1889).
En enero de 1890 recibió la invitación para participar en una exposición en Bruselas con el grupo Les XX, a la que envió seis obras: dos de la serie de los girasoles y cuatro sobre paisajes. Dos las había pintado en Arles, La viña roja y Vista de Arles, y dos más en Sant Remy. Durante la inauguración, Henri de Groux criticó los cuadros de Van Gogh, pero salieron en su defensa Toulouse-Lautrec y Paul Signac. En esta misma exposición vendió la obra La viña roja, adquirida por la pintora perteneciente al grupo Los XX, Anna Boch  , hermana de su amigo Eugène Boch.
Finalmente fue en el Salón de los Independientes de París, en febrero de 1890, donde expuso la cuota completa de diez pinturas.
Volvió a tener nuevos colapsos, que le duraban más que en las veces anteriores; padecía angustia, terror y alucinaciones con accesos de ira muy intensos. Cuando volvió a escribir a Theo le explicó que había decidido abandonar la clínica. Después de una breve estancia en París con su hermano, decidió establecerse en Auvers-sur-Oise.

Auvers-sur-Oise
Iglesia de Auvers-sur-Oise
Trasladado a Auvers-sur-Oise, cercano a París, se instaló en una habitación de la pensión Ravoux. Allí conoció a un amigo de Theo, el Dr. Paul Gachet, pintor aficionado, que se ofreció a cuidarlo y visitarlo. Bajo la atención del Dr. Gachet la actividad artística de Van Gogh fue intensa, en dos meses pintó más de setenta cuadros. Frecuentaba la casa del doctor, y pintó el jardín, su hija Margarita en flores y en el piano, y al mismo doctor. Van Gogh volvió a refugiarse en la pintura con gran entusiasmo, le gustaban los paisajes de Auvers, como antes habían maravillado a tantos otros pintores como Corot, Pissarro, Armand Guillaumin y Cézanne.

Escribió a su madre estas confesiones:

<<Estoy plenamente absorbido por estas llanuras inmensas de campos de trigo sobre un fondo de colinas, vastos como el mar, de un amarillo muy tierno, un verde muy pálido, de un malva muy dulce, con una parte de tierra labrada, todo junto con plantaciones de patatas en flor; todo bajo un cielo azul con tonos blancos, rosas y violetas. Me siento muy tranquilo, casi demasiado calmado, me siento capaz de pintar todo esto>>

En esta población, es donde empezó a utilizar el formato horizontal de doble cuadrado, que precisamente en el valle de Oise lo había utilizado el pintor Charles-François Daubigny de la escuela de Barbizon. Van Gogh había pintado algunas veces el jardín de la casa de Daubigny.
Campo de Trigo con Cuervos

Su cuadro sobre La iglesia de Auvers-sur-Oise, está construido sobre líneas fuertes y definidas, que producen el efecto de una escultura recortada sobre el azul intenso del cielo, efecto que da una sensación de oscuridad. La profundidad la consigue con los dos caminos en forma de /v/ en un primer plano; estos caminos aparecen colocados de manera similar en una obra posterior, Campo de trigo con cuervos.
 Van Gogh señala en sus cartas, la soledad y la melancolía que tienen estos últimos paisajes de trigales bajo cielos tempestuosos y amenazantes; se ha dicho que los símbolos de los cuervos planeando sobre el trigo sugieren la premonición de la muerte. 

Las dos bandas de color, con el contraste del azul y el amarillo, anulan el espacio de la perspectiva. La composición de la perspectiva en el campo abierto tiene un sentido inverso, sale del horizonte en dirección hacia la parte delantera. El azul del cielo está en un solo plano y consigue crear una unidad, mientras que el amarillo del trigo está dividido en dos planos, el rojo de los caminos en tres y el verde complementario de las franjas del camino en cinco. Este cuadro está considerado como una de las mejores obras del artista.

Muerte

Durante los últimos treinta meses de vida llegó a realizar 500 obras y en sus últimos 69 días firmó hasta 79 cuadros. Sin embargo, su depresión empeoró y el 27 de julio de 1890, a la edad de treinta y siete años, mientras paseaba por el campo, con un revólver se disparó un tiro en el pecho. No se dio cuenta de que su herida era mortal y volvió a la pensión Ravoux, donde murió en su cama dos días después, en brazos de su hermano Theo.


"Yo arriesgué mi vida por mi trabajo, y mi razón siempre fue menoscabada"


éstas son las palabras de Vincent en su última carta, encontrada en su bolsillo el 29 de julio de 1890. Vincent fue enterrado en el cementerio de Auvers-sur-Oise.[Theo había contraído la sífilis, aunque esto no fue admitido por la familia durante muchos años, y solo después de la muerte de Vincent ingresó en un hospital. No pudo soportar el dolor de la ausencia de su hermano y murió seis meses más tarde, el 25 de enero, en Utrecht. En 1914 el cuerpo de Theo fue exhumado y enterrado al lado de Vincent.


Obra

Vincent Van Gogh produjo todo su trabajo (unas 900 pinturas y 1.600 dibujos) durante un período de solamente 10 años (etapa de 1880-90) hasta que sucumbió a la enfermedad mental (posiblemente un trastorno bipolar o un síndrome de epilepsia). Decidió ser pintor cuando tenía 27 años y siempre quiso reflejar la vida en sus obras. Su carrera pictórica está marcada por los lugares donde vivió y trabajó. Así se aprecia en la primera etapa de los Países Bajos (1880-1886), donde la pintura tradicional y popular de este país, exclusivamente en colores terrosos, fueron lo que más influyó en obras como Los comedores de patatas y las pinturas sobre los tejedores. Realizó numerosos dibujos de mineros, de personajes populares y copió obras de su pintor favorito Millet

Cartas

Una gran parte del conocimiento que se tiene sobre Van Gogh deriva de sus cartas, la mayor parte dirigidas a su hermano, Theo. Se conservan más de seiscientas cartas de Vincent a Theo y cuarenta cartas de Theo a Vincent, y aunque la mayoría de ellas no están datadas, los historiadores de arte han sido capaces de ordenar esta correspondencia, en gran parte, de manera cronológica. La recopilación de estas fuentes textuales ha sido muy valiosa para establecer las bases de lo que se conoce sobre los hermanos Van Gogh. Es interesante hacer constar que el periodo en el que la vida de Van Gogh es más oscura, es el de su etapa de París, ya que Theo y Vincent vivían juntos sin necesidad de escribirse y por lo tanto hay menos información.

ARLES  1888

Mi querido Théo:
Gracias por tu carta; pero mira que esta vez he languidecido; mi dinero se había terminado el jueves, así que hasta el mediodía del lunes, resultó terriblemente largo.
Durante esos cuatro días he vivido principalmente de 23 cafés y del pan que todavía tengo que pagar. No es culpa tuya; si la hay es mía. Porque he estado desesperado por ver mis cuadros enmarcados y he pedido demasiado para mi presupuesto, ya que el mes de alquiler y la criada también había que pagarlos. También aun hoy, volveré a arruinarme, porque debo comprar la tela y prepararla yo mismo, ya que la de Tasset no ha venido todavía. ¿Quisieras preguntarle lo más pronto posible si la ha enviado?; 10 metros o por lo menos 5 de tela común a 2 fr. 50.
Pero esto me sería igual, mi querido hermano, si yo no sintiera que tú mismo debes sufrir esta presión que actualmente ejerce sobre nosotros el trabajo. Pero me atrevo a creer que si vieras los estudios me darías la razón por trabajar ardientemente mientras hace buen tiempo. Cosa que no ocurre en estos últimos días; el mistral despiadado barre con furia las hojas muertas. Pero entre eso y el invierno habrá todavía un período de tiempo y efectos magníficos; y entonces se tratará de nuevo de hacer un esfuerzo sin miramientos. Ando tan metido en el trabajo, que no puedo detenerme de golpe. Queda tranquilo; el mal tiempo me detendrá aún demasiado pronto. Como ya lo hizo hoy, ayer y antes de ayer. Trata por tu parte de persuadir a Thomas. Él hará algo siempre.
Su preocupación constante por el color.
Comienza la caída de las hojas; se ve cómo amarillean los árboles, el amarillo aumenta todos los días. Es por lo menos tan bello como los vergeles en flor; y por el trabajo que haremos me atrevería a decir que muy lejos de perder podremos ganar. ¿Has releído ya el Tartarín? ¡Ah!… ¡No lo olvides! ¿Te acuerdas en Tartarín la queja de la vieja diligencia de Tarascón, esa página admirable? Y bien, termino de pintar esta carroza roja y verde en el patio de la posada. Ya verás. Este croquis apresurado te da la composición; un primer plano simple de arena gris, el fondo también muy simple, paredes rosas y amarillas con ventanas de persianas verdes y un rincón de cielo azul. Los dos coches muy coloreados, verde, rojo, las ruedas -amarillo, negro, azul, anaranjado -. Siempre tela de 30. Los coches están pintados a lo Monticelli, con empastamientos. Tú tenías hace tiempo un Claude Monet muy bello que representaba 4 barcas coloreadas sobre una playa. Y bien; aquí se trata de coches; pero la composición es del mismo tipo. Supón ahora un abeto azul verde inmenso, extendiendo sus ramas horizontales sobre un prado muy verde y la arena manchada de luz y de sombra. El rincón del jardín, muy simple, está alegrado por canteros de geranios anaranjados en los fondos, bajo las ramas negras. Pos figuras de enamorados se encuentran a la sombra del gran árbol: tela de 30. Después otras dos telas de 30, el Puente de Trinquetaille y otro puente; el ferrocarril pasa sobre la calle. Esta tela se asemeja un poco, como colorido, a un Bosboom. En fin, el Puente de Trinquetaille con todos esos escalones es una tela hecha en una mañana gris; las piedras, el asfalto, el empedrado, son grises; el cielo, de un azul pálido; figuras menudas y coloreadas; un árbol enclenque de follaje amarillo. Así pues, dos telas en tonos grises y quebrados y dos telas muy descoloridas.

Su preocupación por sus malas relaciones con Gauguin y sobre todo no quiere preocupar a su hermano por su recaída y entrada en el hospital

Mi querido Théo:

Para tranquilizarte completamente a mi respecto, te escribo estas breves frases en el gabinete del señor Rey, el interno, a quien ya conoces. Me quedaré todavía algunos días aquí, en el hospital; después, espero volver muy tranquilamente a mi casa.
Ahora te ruego una sola cosa, que no te inquietes; porque entonces me provocarías una inquietud más.
Hablemos ahora de nuestro amigo Gauguin: ¿lo he asustado? En fin ¿por qué no da señales de vida? Debe haberse ido contigo. El tenía por otra parte necesidad de volver a ver París y en París se sentiría más a gusto que aquí. Dile a Gauguin que me escriba y que pienso siempre en él. Un buen apretón de manos; he releído tu carta, en lo concerniente a tu encuentro con los Bonger. Está bien. En cuanto a mí, estoy contento de seguir tal como soy.
Todavía una vez más, un buen apretón de manos para ti y Gauguin.
Todo tuyo.

Él es un alma tan sensible que lo único que le preocupa es no dar problemas a nadie, aquí lo dice muy claro, cuando aún está encerrado en un manicomio

¿Cómo están nuestra madre y hermana? No teniendo otra cosa para distraerme -se me prohíbe hasta fumar, cosa que, sin embargo, está permitida a los demás enfermos -; no teniendo otra cosa que hacer, pienso en todos aquellos que conozco, durante todo el día y toda la noche. Qué miseria -y todo esto, por así decir, por nada.
No te oculto que hubiera preferido morir, que causar y sufrir tantas molestias. ¿Qué quieres? Sufrir sin quejarse es la única lección que hay que aprender en esta vida. Ahora, con todo esto, para reanudar mi tarea de pintar, tengo naturalmente necesidad de mi taller, de muebles, que en verdad no tendríamos con qué renovarlos en caso de pérdida. Ya sabes que mi trabajo no me permite estar reducido de nuevo a vivir en un hotel, es preciso que tenga mi lugar fijo. Si las buenas gentes de aquí protestan contra mí, yo protesto contra ellos; y no tienen más remedio que resarcirme de los daños y perjuicios amistosamente; no tienen más que devolverme, en fin, lo que perderé por su falta e ignorancia. Si -supongamos – me volviera loco tranquilo, cierto, no digo que sea imposible; habría en todo caso que tratarme de otra manera, devolverme el aire, mi trabajo, etcétera. Entonces -¡a fe mía!-… me resignaría. Pero aún no hemos llegado a eso y si hubiese conservado mi tranquilidad hace mucho tiempo que me hubiera repuesto.
Esta carta la llevaba Vincent Van Gogh el día que murió 29 de julio.

Mi querido hermano:
Gracias por tu buena carta y el billete de 50 francos que contenía. Ya que esto va bien, que es lo principal, ¿por qué insistiré sobre cosas de menor importancia? ¡a fe mía!… antes de que haya oportunidad de hablar de asuntos con la cabeza mas reposada, pasará probablemente mucho tiempo. Los otros pintores, piensen lo que piensen, instintivamente se mantienen a distancia de las discusiones sobre el comercio actual. Porque aunque, la verdad es que sólo podemos hacer que sean nuestros cuadros los que hablen, mi querido hermano, añado que siempre te he dicho – y te vuelvo a decir otra vez con toda la gravedad que pueden dar los esfuerzos del pensamiento asiduamente fijo para tratar de hacer tanto bien como se pueda – te vuelvo a decir que yo consideraré siempre que tú eres algo más que un simple marchand de Corot, y que por mediación mía tienes tu parte en la producción misma de ciertas telas que aun en el desastre guardan su calma.
Porque nosotros estamos aquí y esto es todo o por lo menos lo principal que puedo tener que decirte en un momento de crisis relativa. En un momento en que las cosas están muy tirantes entre marchands de cuadros de artistas muertos y de artistas vivos.
Pues bien, mi trabajo; arriesgo mi vida y mi razón destruida a medias – bueno – pero tú no estás entre los marchands de hombres, que yo sepa; y puedes tomar partido, me parece, procediendo realmente con humanidad, pero, ¿qué quieres?