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domingo, 27 de febrero de 2011

Granada.....un espectáculo para los sentidos




Granada 
Es realmente una de las joyas de España y uno de los lugares más visitados por los turistas de todo el mundo. La que fue por tanto tiempo capital de Al Andalus, o la Andalucía mora, nos ofrece algunos de los más importantes recuerdos de esta época histórica española, con la mundialmente famosa Alhambra a cabeza de lista pero no nos vamos a detener en ella por ahora, Granada tiene para estar hablando de ella …..años…...

Jardines de ensueño, encantadoras callejuelas repletas de flores o se sentará en una de esas tabernas típicas para probar el famoso jamón de Trévelez con vino de la región. Aquí podrá respirar tantos siglos de historia que le rodearán en cualquier lugar que esté. 



Quizás suba a la montaña del Sacromonte, donde podrá asistir en las cuevas a los espectáculos gitanos de flamenco. En estas famosas cuevas del Sacromonte vivieron los gitanos durante siglos, y aún lo hacen algunos, elaborando una magnifica artesanía. 


Otro gran atractivo de Granada son sus Fiestas y Folclore de gran raigambre mora y cristiana. Y es que en Granada todo juega al unísono, hasta la geografía, para hacer que uno se enamore de ella. Situada al pie de la "Sierra Nevada" (cuyo pico, el Mulhacen, con sus 3.478 metros de altura, es el más alto de la Península Ibérica) ofrece excelentes condiciones para los deportes de invierno; de otro lado, está muy cerca de la costa mediterránea, lo cual la convierten en lugar ideal para visitarla en cualquier época del año …



COMENZAMOS POR ALGUN SITIO Y PASEANDO…POR EL PASEO DE LOS TRISTES

Paralela al Río Darro y su nombre se debe al hecho que anteriormente los cortejos fúnebres pasaban por aquí antes de subir al cementerio detrás de la Alhambra. También se llama el "Paseo del Padre Manjón", el cura que fundó una escuela para los niños pobres en el barrio de Sacromonte (Escuela Ave María) y se puede ver su busto al otro lado la fuente, que no es la original.

Se construyeron tanto la plaza como la fuente original en el año 1609 cuando se remodeló la zona y siempre ha sido un lugar muy animado. Antiguamente, se celebraban fiestas aquí y en otros tiempos, se cubrió el Río con tablas para formar un escenario
El primer puente a donde llegas se llama el "Puente de las Chirimias" y aunque posiblemente había un puente árabe en el mismo lugar, se reconstruyó el puente que actualmente puedes ver en 1882. 
Al lado, hay una pequeña casa cuadrada (que se construyó 1609) donde tocaban los músicos en las fiestas. Los alguaciles y los funcionarios utilizaban la planta baja, y el concejo municipal ocupaban la segunda planta, con los músicos en la última planta. En el siglo 18 se lo vendió, y fue utilizado como alojamiento. Ahora, ha sido restaurado y es la sede de la Asociación Histórica y Cultural de Granada.
Al final de la plaza hay otro puente: el "Puente del Aljibillo" y su nombre hace referencia a un aljibe que había en el paseo al otro lado del río.
Si cruzas el puente, puedes ir a la izquierda y dar un paseo por el Camino del Avellano (por donde llegarás eventualmente al cima de la montaña) hasta la "Fuente del Avellano". 
El paseo dura unos 15 minutos que ofrece unas vistas maravillosas del Sacromonte y del Albaicín. La fuente fue también el lugar de reunión para la "Cofradía del Avellano" - un grupo literario presidido por Angel Ganivet.

Llamado en la antigüedad paseo de la puerta de Guadix, Paseo de los Tristes fue, hasta el s. XIX, uno de los
Desde el paseo, paramos y subimos la mirada....
más concurridos y en él se celebraban fiestas de toros y cañas, para lo cual se cubría con andamiaje el cauce del río Darro. 



Se hizo, en 1609, en terrenos cedidos por los señores de Castril, y aún se conserva el pequeño edificio cuadrado con su cuerpo alto en forma de torrecilla, y en cuya fachada aparecen los escudos de Granada, elevado junto al puente de las Chirimías. La fuente que ocupa el centro del Paseo de los Tristes se hizo en 1609. 

A la izquierda del Paseo de los Tristes, dando frente a la Alhambra, se extendía el barrio de los Axares, al que los moros llamaban hospital de Africa, por su hermosura y la templanza de su clima.


CUESTA DEL CHAPÍZ  

(en granaino foneticamente CHAPÍ)
CUESTA


La Cuesta del Chapiz sube desde el Río Darro hasta lo alto del Albaicin.  Es famosa por sus casas moriscas.

Sólo los que conocen Granada y su historia íntimamente saben que, aguas arriba del Paseo de los Tristes, y escondida en una densa alameda, se encuentra la Fuente del Avellano, donde, a principios del siglo XX, los poetas y artistas granadinos se escapaban durante los cálidos días de agosto, para celebrar sus tertulias. En el fondo de esta foto se ve la Abadía del Sacromonte.

TRAS LA SUBIDA DE LA CUESTA Y DURANTE SU RECORRIDO SE PUEDEN ADMIRAR LOS CARMENES un Carmen, es una quinta o finca que cuenta con jardín y desde el exterior, nadie imagina lo que esconden….
SACROMONTE


Y subiendo por la cuesta de Chapiz, al lado del arco de entrada de la estrecha calle de San Juan de los Reyes, se encuentra nuestro carmen. En frente está la entrada de otro barrio no menos famoso: El Sacromonte.
Ya indiqué al principio que los cármenes no aparentan nada por fuera…
pero ya lo iremos viendo por dentro.
Acabamos de entrar.
Las vistas a la Alhambra es la joya de los cármenes
Este carmen pertenece ahora a la Universidad que lo tiene como resi-dencia de estudiantes
por lo que nos han enseñado el comedor
¡Una auténtica maravilla¡
Dicen que al caer la tarde, los cármenes se embrujan y nace el flamenco en el Sacromonte
CARMEN DE LA VICTORIA
El Carmen de la Victoria está situado en un lugar donde hay Cármenes desde la época árabe. Su forma se fija a fines del siglo XIX, cuando se unifican el primitivo Carmen de la Victoria, llamado Carmen Olivarillo, y el Carmen Percal, a ambos lados de la muralla árabe de la Cuesta del Chapiz.
Los cármenes son fincas típicas de los barrios históricos de Granada, herederas de los huertos de deleite que poseían los árabes granadinos en los contornos de la ciudad. Hoy en día son jardines domésticos que mantienen una vieja tradición de retiro placentero para sus propietarios. 
El Carmen de la Victoria está situado en la colina del Albayzín, en el arrabal árabe de Axaris, límite de la ciudad que era ya en época árabe lugar de huertos, cármenes y jardines.
Vista desde el Albaicin
Tras la demolición del convento de la Victoria en el siglo pasado, al que estaba ligado parte de su solar, se forma el Carmen tal y como hoy lo conocemos, producto de la unificación del primitivo Carmen de la Victoria-Huerto del Olivarillo con el Carmen del Pencal, separados el uno del otro por la muralla árabe del Chapiz, cuyo trazado se advierte aún en las paratas de los jardines. A estos dos cármenes se unieron varias casas y trozos de calle para formar los escalonados jardines que rodean la residencia.
Adquirido por la Universidad de Granada, es desde entonces el único carmen público de la ciudad que no ha perdido su carácter de vivienda-jardín. Fue primero una residencia de estudiantes marroquíes (Casa de Marruecos) ligada a la Escuela de Estudios Árabes, luego un Colegio Mayor, y hoy Residencia de Invitados, siempre abierto al disfrute de los universitarios.
Vista desde el Albaicin de los carmenes
Aunque con el tiempo se han ampliado sus edificaciones, el trazado de los jardines se mantiene como hace mas de cien años. Es por ello uno de los cármenes granadinos menos alterados, conservando las formas jardineras tradicionales del regionalismo granadino del siglo XIX. 
PALACIO OE DARALHORRA: Palacio árabe en el que vivió Fátíma. la madre de Boabdil el Chico, último rey nazarí de Granada.
SACROMONTE: Desde la cuesta del Chapiz. en el Albaicín. se inicia el camino de la Abadía del Sacomonie. en cuya primera parte se hallan las cuevas habitadas por los gitanos, que ofrecen las célebres zambras, llenas de color y nervio racial, al son de palmas y guitarras En la Abadía existe un interesante museo y catacumbas de los primeros cristianos granadinos.
SAN CRISTÓBAL: Iglesia mudejar del siglo XVI. muy restaurada.
EL ALBAICÍN


Se ha creído que la voz Albaicin significa, en árabe, "barrio de los halconeros". Pero los historiadores han preferido otra explicación más lógica. Cuando los cristianos conquistaron la ciudad de Baeza en el norte de Andalucia, a principios del siglo XIII, los habitantes huyeron hacia el Sur, instalándose en los afueras de la fortaleza granadina. Llamaron esta nueva barriada por su ciudad de origen, al-bayazzin, "lugar de la gente de Baeza". Pero con el paso del tiempo, el resto del cerro - la "vieja fortaleza", cuyo nombre en árabe era "Alcazaba Kadima" - también tomó el nombre de "Albaicin".
En la época musulmana, el Albaicin era un laberinto de callejuelas, y los cristianos que lo descubrieron en el siglo XVI se asombraron de de la estrechez de las casas, que eran mucho más pequeñas que las de Castilla. Gran parte de los moros abandonaron la ciudad, lo que permitió a los cristianos más adinerados construir, en el emplazamiento de cinco o seis casitas, palacetes que encargaron, a los artesanos moriscos, en el estilo de la Alhambra, con jardines cercados, cuyos naranjos y limoneros rodeaban una fuente central.




para muchos es el barrio con más encanto de Granada. Junto al Sacromonte se encuentra el Albaicín (también conocido como Albaycín), al que podremos acceder volviendo sobre nuestros pasos hasta la Cuesta del Chapiz si venimos desde el Sacromonte.

Calle Caldereria

Si venimos desde el centro de la ciudad, llegaremos hasta la Carrera del Darro (que discurre junto al río del mismo nombre), desde donde una multitud de callejuelas ascendentes nos llevarán hasta el corazón del Albaicín, entre el blanco de las fachadas y el olor a jazmín. Advertimos que el paseo hasta arriba puede cansarnos si no estamos acostumbrados al ejercicio físico. Por eso no está de más parar a reponer fuerzas en alguna tetería (como las de la calle Calderería Nueva), donde podremos degustar un té con pastelillos árabes.
Por este camino al Albaycín uno de los primeros sitios emblemáticos a los que se llega, si es que antes no nos hemos perdido siguiendo unas bonitas vistas o cualquier calle estrecha, es la plaza de San Miguel Bajo, que no sólo contiene la belleza de todo el barrio, sino una cantidad importante de bares típicos de comida andaluza, en los que es muy recomendable sentarse a tomar cañas y tapear, comer o cualquier cosa relacionada.
El camino hacia el corazón del Albaycín no tiene pérdida: siempre hacia arriba. Una de las rutas más populares para llegar es seguir la Calle de San Juan de los Reyes.

Camino al Albaicin
Subida....

Poco a poco nos encaminamos hasta el momento cumbre de nuestra visita al Albaicín: el Mirador de San Nicolás, desde donde tendremos las mejores vistas de la ciudad y, cómo no, de la Alhambra. 


Lo ideal es llegar allí poco antes del ocaso, porque la puesta de sol es de las más bellas que pueden contemplarse en el mundo. El mirador se encuentra en una pequeña plaza, con la Iglesia de San Nicolás al fondo.




Nadie debería morir sin ver anochecer desde el Albaycín, con la Alhambra frente a nosotros, y al fondo Sierra Nevada y la Vega de Granada. Uno de los sitios más bellos de esta ciudad extraordinaria, por causa de su vista de la Alhambra, es el Mirador de San Nicolás.

Y cuando el palacio refleja los rayos del sol poniente, sus torres toman un tono rosado, que nos recuerda que las palabras calat al-hamra significan, de acuerdo con la traducción habitualmente aceptada, "el castillo rojo".  Pero los historiadores nos dicen que los musulmanes encalaron todos sus edificios, por lo cual prefieren explicar el nombre como tributo al fundador del castillo, el Emir Alhamar.


Una de las cosas olvidadas en Granada por mí....en las tantas veces que he estado, ha sido mi Vértigo....cuando resulta que el sitio preferente para ver esta alucinante vista, es el pilon del mirador, una muralla que desde arriba parece baja pero que, al otro lado, divisas una altura considerable....debes sentarte con las piernas colgando...a ser posible agarrada a alguien....es más seguro  y a veces hasta más bello.....

Desde abajo ....el mirador y tus piernas por ahí
La iglesia de San Nicolás, como otros templos del barrio, fue incendiada durante la Guerra Civil.  Actualmente, abre sus puertas para ocasiones especiales, sobre todo para las bodas, ya que a los novios les gusta ser retratados con la Alhambra de fondo.
 Como todas las iglesias del Albaicin, fue mezquita en el pasado.  La fuente vecina es dónde los fieles se lavaban antes de la oración.


En pleno centro la ciudadela del Albaicin contemplar la Alhambra desde el mirador de San Nicolás puede ser una actividad que nos lleve horas... Uno llega con el síndrome del turista.. "ver qué hay, descarsar un poquito y marcharse" pero esta plaza tiene algo mágico que hace que las horas pasen volando.
Hay gente de todos los tipos, la mayoría hippies bohemios que interaccionan entre ellos de las mas diversas maneras, tocan la guitarra,
cantan, se prestan la guitarra para que toque otro, venden pulseritas, y todo ello con una paz increible.
La última vez que estuvimos permanecimos en la plaza
tres horas, tres horas contemplando la alhambra, escuchando canciones, tomando un granizado... Es una plaza mágica. Si bello es ver atardecer...la vista nocturna es para no olvidarla nunca.

Seria parecido a esto...pero mucho mejor!!!!!



BAJAMOS DEL ALBAICIN HACIA  GRANADA POR EL LATERAL  DERECHO


pasamos ahora a describir la calle a la cual desembocaremos desde el albaicin....es la famosa e histórica CALLE ELVÍRA


Puerta de entrada a la calle Elvira
La calle Elvira –la zanaqat Ilbira musulmana- fue la principal y más larga vía de la Granada islámica desde su configuración urbanística en el siglo XI. Se iniciaba en la puerta del mismo nombre, abierta en el sector septentrional del recinto amurallado de la medina, y alcanzaba a penetrar hasta el corazón de la misma, donde concluía junto al cauce descubierto del río Darro, si bien la presencia a su altura del Puente del Baño de la Corona le permitía comunicarse con los barrios situados en la margen izquierda del río. En su origen, se trataba de una calle con un perfil aún más irregular y estrecho que el actual, cuyo trazado quebrado venía condicionado por la orografía de la ladera occidental de la colina en que se asentaba la Alcazaba Qadima.
 


Pese a ello, su ancho de calle era notablemente mayor que el de la trama urbana circundante, lo que, unido a su gran longitud y situación estratégica, la convirtieron desde el principio en una arteria vital para el desarrollo de los flujos de personas y mercancias en la ciudad y, en consecuencia, para el establecimiento a lo largo de ella de una intensa actividad comercial.


A partir de la calle Elvira, se generaba una red intrincada de calles secundarias, que conectaban con otros puntos de la medina, y de adarves, que penetraban en el interior de las manzanas. Aunque la mayor parte de estos últimos desaparecieron durante las reformas urbanas emprendidas en Granada durante el siglo XIX, aún quedan algunos testimonios en el tramo central de la calle, caso de los callejones de Aguirre y Penitencia. Próxima a su terminación en el Darro, Elvira conectaba con el Zacatín, la otra gran arteria comercial de la medina, ya que hasta finales del siglo XIX, esta última calle tenía un desarrollo longitudinal mayor que el que presenta hoy día; hasta que la apertura de la Gran Vía de Colón supuso la mutilación de cerca de la mitad de su trazado.



A lo largo de la calle Elvira, además del caserío residencial en proceso de recuperación, se insertan hitos monumentales que testimonian la importancia urbana que tuvo esta vía en el pasado. Algunos de ellos están ligados a la primera etapa de desarrollo urbanístico del centro histórico granadino, la del pasado medieval-islámico, mientras que otros son un reflejo del mantenimiento de su pujanza urbana durante la ciudad moderno-cristiana. Así, la calle se abre con la monumental Puerta de Elvira y, cerca de ella, se conserva otro resto de la arquitectura musulmana


cerca de ella, se conserva otro resto de la arquitectura musulmana, el baño de Hernando de Zafra: Se trata de uno de los tres baños medievales que conserva la ciudad de Granada, junto con el de la calle del Agua y el de El Bañuelo, dado que la mayoría fueron demolidos en el siglo XVI.
Estos baños se encuentran en el antiguo barrio nazarí de Bab Ilbira situado en el extremo septentrional de la medina, en la calle que tomaba el nombre de la puerta que le daba acceso, la actual calle Elvira, en el borde del Albaicín. Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos. Conservados parcialmente bajo varios inmuebles y un jardín, su nombre popular de Casa de las Tumbas deriva del aspecto externo que antaño ofrecían las bóvedas esquifadas de su cubierta.





En el resto del  trayecto de la calle Elvira, se disponen diversas construcciones cristianas como las iglesias de San Andrés y la de los Hospitalicos, situadas en ambos extremos de la calle, y a las que se suma la cercana iglesia de Santiago -hoy llamada del Servicio Doméstico- en la calle Marqués de Falces.



TETERIAS DE GRANADA
Una calle peatonal de la capital parece haberse dedicado exclusivamente a las teterías árabes, además de haberse instalado varias tiendas de artesanía moruna y puestos callejeros. Es la Calle Calderería Nueva, que parte hacia el Albayzín desde la calle Elvira


Las teterías también son una parada imprescindibleNada más entrar el aroma a incienso y a tés multisabores te traslada a un ambiente muy especial. La decoración y los complementos no dejan escapar el más mínimo detalle. Incluso la música parece conducirte a una historia de las mil y una noches.

Lámparas, vajillas, mobiliario, alfombras, espejos, mosaicos, azulejos… todo de estilo árabe.
Y, cómo no, la gran variedad de tés para saborear, me gustaría pensar que traidos de Oriente, acompañados de pastelitos y todo tipo de repostería árabe, en algunas otras se ofrecen conciertos e incluso bailarinas contorneándose al son de la sensual danza del vientre, así como fumar una Shisha o pipa de agua, que, por cierto, también se pueden encontrar como souvenirs en las tiendecitas de la zona.
En definitiva, una parada más que no podemos perdernos en Granada.



La Calderería 


La conocemos así, aunque el nombre de pila de esta callecita muy animada es la Calle de la Calderería Nueva. Ya no se arreglan calderas en esta callejuela, pero sí se calienta el ambiente los sábados por la noche, cuando los estudiantes granadinos invaden sus teterías. Un poco más arriba, y al final de un retorcido callejón, se encuentra La Casa de Porras, un palacete del siglo XVI que era la propiedad de una familia del mismo nombre. Fue restaurado para ser un centro cultural, muy conocido en Granada por sus exposiciones de pintura y sus cursos de baile.

Dejo antes de seguir, un enlace interesante para ver unas imagenes muy buenas Galería de Pepe Romero




Vamos a situarnos un poco, de donde venimos y hacia donde nos dirigimos a continuación: el mapa lleva punteado en rojo el ultimo itinerario de la calle Elvira y el que nos atrapara ahora, la Catedral y alrededores....


La catedral de Granada


La Santa Iglesia Catedral Metropolitana de la Encarnación de Granada es un templo católico de la ciudad española de Granada, sede de la archidiócesis de la ciudad. El templo es una de las obras cumbres del renacimiento español.

Durante el renacimiento, el Reino de Granada, al igual que Galicia, conformará un centro artístico independiente del estilo predominante en el resto de la península, el herrerianismo. Trabajo:Su construcción comenzó en 1518 en el centro de la antigua medina musulmana, En la iglesia destaca: En el exterior, destacan la portada de San Jerónimo y la Puerta del Perdón En el interior, destacan la capilla mayor ricamente decorada.

No vamos a detenernos ahora en esta obra arquitectonica, simplemente mirarla un momento ya que pasabamos cerca......se admira desde la plaza Pasiegas.


Ahora voy a Plaza Bib-Rambla y desde alli contemplamos otro ángulo de la torre.




Antes de terminar este recorrido, y como colofón pasaremos a la Plaza Bib-Rambla 

El nombre Bibarrambla significa "Puerta del Río" ya que la plaza se situaba originalmente en la orilla arenosa del río. En épocas árabes, se celebraban fiestas y justas aquí, y después en los tiempos de los cristianos había corridas de toros. A diferencia de las corridas de hoy en día, eran sumamente violentas y durante una corrida en agosto de 1609, 20 toros mataron a 36 personas y lesionaron a unas 60 más.
Después de la Conquista Cristiana, sin embargo, se celebraron los autos-da-fé en la plaza para decidir la suerte de muchos ciudadanos. También se quemaron muchos importantes manuscritos, documentos y libros, (sobre todo los Coranes), igual que en muchas otras plazas públicas en Granada, y se estiman que cerca de un millón fueron destruidos de esta manera.
Con el tiempo, se han realizado muchos cambios. Se construyeron unos edificios con arcos en un lado donde trabajaban los escribas, y se establecieron unas aduanas para controlar las especias y los textiles que entraron en la ciudad. También organizaron ferias de caballos aquí.
Cuando entras en la plaza desde Zacatín, las calles que hoy hay a la izquierda no existían en el siglo 16, y fue aquí donde estaban los mercados de pescado y carne. Más tarde había un mercado de verduras y hortalizas aquí pero fue quitado en 1837 y se levantó una fuente y una plataforma en el centro, construidos de los materiales de los conventos que se habían derribado en la vecindad. En 1880, se trasladaron los mercados de carne y de pescado. La fuente fue reemplazado por la estatua de Fray Luis de Granada que ahora se sitúa en la plaza de Santo Domingo



LA ALHAMBRA

Antes de entrar en esta maravilla, y como siempre en las dos ocasiones que he ido, lo he hecho asi, vamos a parar para tomar un café en el hotel  ALHAMBRA PALACE cerquita de la alhambra y por qué? por que me fascina, por las vistas que tiene simplemente desde la terracita del café y porque antes de desaparecer del mapa me gustaria pasar en este hotel al menos una noche....con una tendria bastante...


las vistas de terraza hacia Granada, por la tarde merecen un sólo con simplemente azúcar o sacarina....vale más lo que ves y como saboreas lo que tomas... que lo que pagas por el café....












aqui dejo la web: alhambrapalace







INTRODUCCIÓN



La Alhambra se halla sobre la colina Sabika, rodeada de un tupido bosque de castaños de indias,
plátanos, álamos, almeces y olmos que fueron plantados a principios del siglo XIX bajo la supervisión del duque de Wellington. 


El bosque de la Alhambra trepa hasta las murallas

y los torreones que protegen la ciudadela, dibujando un paisaje selvático y agreste que acentúa la monumentalidad del conjunto áulico frente a las montañas que rodean Granada y que suben hacia Sierra Nevada.



La empinada Cuesta de Gomérez es un camino histórico que anticipa los dominios de la Alhambra. Nace a un lado de Plaza Nueva, justo en

la misma acera en la que aparcan los microbuses que estacionan a un lado de las entradas al conjunto monumental. 



La cuesta termina en la Puerta de las Granadas, que separa la ciudad del bosque. Una vez sobrepasada los caminos se bifurcan: el de la derecha está asfaltado y permite el tráfico rodado

de vehículos públicos, mientras que el camino de la izquierda es peatonal, empinado y de una belleza inenarrable. Conviene recorrerlo despacio, contemplando las copas de los altos bosques que cortejan el ascenso y las acequias

que flanquean el camino y que anticipan la importancia del agua en la Alhambra.



El sendero termina en el pilar de Carlos V, sobre el que se eleva la Puerta de la Justicia, una de las entradas más importantes a la Alhambra, lugar donde el cadíctaba sentencia en tiempo de los nazaríes como tribunal del pueblo llano.

Panorámica de la Alhambra
Vista panorámica de La Alhambra con la Sierra Nevada al fondo.
Fuente Wikipedia : (http://es.wikipedia.org/wiki/Alhambra)



Sobre la clave del imponente arco de herradura que preside la puerta está labrada la mano abierta que representa los cinco preceptos del Corán (la creencia en un solo Dios, la oración cinco veces al día, la limosna, el ayuno y la peregrinación a la Meca, al menos una vez en la vida).


La entrada en recodo de la puerta, tan común en la ingeniería militar hispanomusulmana, da acceso a una suave rampa que conduce hasta la plaza de los Aljibes. En su origen la plaza de los Aljibes

fue un gran foso que separaba la Alcazaba de los Palacios Nazaríes. 


La Alhambra, denominada así por sus muros de color rojizo («qa'lat al-Hamra'», Castillo Rojo), está situada en lo alto de la colina de al-Sabika, en la margen izquierda del río Darro, al este de la ciudad, frente a los barrios del Albaicín y de la Alcazaba.

Su posición estratégica, desde la que se domina toda la ciudad y la vega granadina, hace pensar que existían construcciones anteriores a la llegada de los musulmanes. Su conjunto, completamente amurallado, posee una forma irregular limitado al norte por el valle del Darro, al sur por el de la al-Sabika, y al este por la Cuesta del Rey Chico, que a su vez la separan del Albaicín y del Generalife, situado en el cerro del Sol.

Aquí comenzó todo. El rey al-Ahmar mandó construir las torres del Homenaje y la Quebrada, así como la famosa torre de laVela, que es la más
próxima a la cresta de la colina y que continúa ejerciendo como símbolo de la Alhambra y de la ciudad que la acoge. A los pies de estas torres,
que dibujan un diáfano triángulo isósceles, se extiende la plaza de Armas, donde afloran los cimientos en ladrillo de las viejas dependencias
ocupadas por el ejército nazarí.



Se tiene constancia por primera vez de ella en el siglo IX, cuando en 889 Sawwar ben Hamdun tuvo que refugiarse en la Alcazaba y repararla debido a las luchas civiles que azotaban por entonces al Califato cordobés, al que pertenecía Granada. Posteriormente, este recinto empezó a ensancharse y a poblarse, aunque no hasta lo que sería con posterioridad, ya que los primeros monarcas ziríes fijaron su residencia en lo que posteriormente sería el Albaicín.

Junto con Torres Bermejas, son parte más antigua de la Alhambra. Se piensa que antes de su construcción y la llegada de los musulmanes a Granada existieron diversas edificaciones en la misma zona. Se piensa que la existencia de la Alcazaba data del siglo IX; se supone que fue construida por Sawwar ben Hamdun durante la lucha entre árabes y muladíes.


la Quebrada, la del Homenaje y la de la Vela


El conjunto es obra deMohamed I, quien amuralló el anterior castillo, levantó defensas, tres nuevas torres (la Quebrada, la del Homenaje y la de la Vela), con lo que convirtió a la Alcazaba en una auténtica fortaleza .

La alcazaba constituía la zona militar, centro de la defensa y vigilancia del recinto y con ello fue la parte de construcción más antigua de la Alhambra. Las primeras edificaciones árabes realizadas se corresponden con la época califal, en el siglo XI, ampliándose las mismas al convertirse Granada en capital de uno de los reinos de Taifas. Los elementos principales son:



  • Terraza de la Torre del Cubo. Torre semicircular, construida alrededor de 1586, sobre una puerta islámica, fue vaciada en el siglo XX. Hoy en día constituye una terraza de privilegio para la contemplación del valle del Darro y el Albaicín.
  • Adarve de la muralla norte.
  • Plaza de Armas.
  • Terraza de la plaza de Armas.
  • Torre de la Vela, constituía la torre de defensa más grande del conjunto militar, por su altura domina toda la vega granadina. Su nombre procede de la campana que los cristianos colocaron en la torre tras la conquista de la ciudad.
  • La Torre del Homenaje. Se levanta en la parte más alta de la fortaleza, tiene algo más de 22 metros de alto y en su interior se distinguen seis pisos. El nivel más alto pudo servir a los alcaides del recinto de centro de operaciones de la defensa.
  • Torre de los Hidalgos.
  • La Torre Quebrada.
  • La Torre Adarguero. Estas tres últimas torres dan a la gran explanada.
  • Jardín de los Adarves, fue creado en el siglo XVII, cuando la fortaleza perdió su carácter defensivo. Existen buenas panorámicas desde este jardín




A pesar de la incorporación del castillo de la Alhambra al recinto amurallado de la ciudad en el siglo XI, lo que la convirtió en una fortaleza militar desde la que se dominaba toda la ciudad, no sería hasta el siglo XIII con la llegada del primer monarca nazarí, Mohamed ben Al-Hamar (Mohamed I, 1238-1273) cuando se fijaría la residencia real en La Alhambra. Este hecho marcó el inicio de su época de mayor esplendor. Con Mohammed I (1238-1273) patriarca nazarita, pusiera en marcha la primera acequia hasta que Prieto Moreno (1960) decidiera construir una nueva acequia, pasarían más de siete siglos. Quizás sea este mágico detalle el que mejor nos explica la enorme capacidad de supervivencia que ha demostrado la Alhambra. Y es que las Acequias son las raíces de Granada.
La Acequia Real convirtió aquel lugar en un idílico oasis de jardines y huertos, colocados a la manera de los “árabes”, es decir, en pequeñas parcelas colgantes. Así nació el auténtico don del Darro; el Generalife. Quizás el más hermoso poema que la Naturaleza haya dedicado nunca a una ciudad de cristal.

Primero se reforzó la parte antigua de la Alcazaba, y se construyó la Torre de la Vela y del Homenaje, se subío agua del río Darro, se edificaron almacenes, depósitos y comenzó la construcción del palacio y del recinto amurallado que continuaron Mohamed II (1273-1302) y Mohamed III (1302-1309), al que también se le atribuyen un baño público .




EL PARTAL

   
    Constituye el palacio más antiguo e La Alhambra, construido por Muhammed III.  Se trata de una residencia del tipo llamado qubba, formado por un pabellón cubierto por una cúpula, una torre anexa, llamada De las Damas y una amplia alberca delante.  Se trata en realidad de un Palacio de recreo . Del interior del conjunto destaca una estancia central de planta cuadrada, con zócalos de alicatado, yeserías encima y cubierta con armadura de madera.


Mezquita del Partal

...debe su nombre a una voz árabe que significa portico, y se refiere a los restos de la residencia del Sultan Yusuf III, el más septentrional de los Palacios Nazaríes. Las elegantes casas moras que ocupaban esta parte del cerro de la Alhambra no fueron conservadas, sencillamente porque no se encontraban anexas al nuevo palacio cristiano y, por lo tanto, no podían servir como lugares de recreo a los habitantes de aquél. Todo lo que nos queda de ellas son los cimientos descubiertos por los arqueólogos que se ven entre los jardines (que fueron plantados en el siglo XX) y esta pintoresca fachada, con su torre y su alberca, conocidos como El Partal. Cerca de la alberca se encuentra una pequeña mezquita, de un especial encanto, a pesar de las restauraciones fantasiosas que sufrió a manos de los cristianos. Se construyó encima de la muralla, y es tan estrecha que sólo entraban para orar dos o tres hombres a la vez. Es la única mezquita estructuralmente autónoma que se conserva en Granada.La parte más alta del jardín, al pie de la Iglesia de Santa María, es el emplazamiento del cementerio musulmán - rawda - que se encontraba al lado de la Gran Mezquita. En esta foto vemos la "linterna" en forma de estrella de la Sala de los Abencerrajes.

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..y, subiendo a la izquierda, la Torre de la Cautiva y la Torre de la Infantaenvueltas por un halo romántico desde que fueron escenarios de algunos de los cuentos de Washington Irving. 




Cuentos de la Alhambra 
316 pág.




A Yúsuf I (1333-1353) y Mohamed V (1353-1391) les debemos la inmensa mayoría de las construcciones de la Alhambra que han llegado a nuestra época. Desde la reforma de la Alcazaba y los palacios:

Palacios nazaríes (principales estancias)

Los palacios nazaríes son el conjunto formado por el Palacio de Comares, el de Mexuar,  y el Palacio de los Leones. Cronológicamente fueron levantados después de la alcazaba y el Partal, siendo su construcción del primer tercio del siglo XIV. Constituía la sede de las funciones administrativas, de la corte, protocolo y retiro y disfrute privado. Al bajar las escaleras de acceso, se van encontrando las siguientes dependencias:

Palacio del Mexuar


Patio Machuca
Es el palacio más antiguo, probablemente construido por Ismail I, y el que peor se ha conservado con el paso del tiempo. Parte se encuentra arruinado y el resto ha sufrido muchas modificaciones a lo largo del tiempo, lo que hace dificil conocer exactamente su aspecto original. Su entrada se realizaba desde la actual Torre del Cubo, entrando a unas dependencias junto a la Torre de Mohammed, de las que solo quedan las partes bajas de los muros. 
Continuaba el camino hasta el Patio de Machuca, así denominado por servir de aposentos a los arquitectos del Palacio de Carlos V, Pedro y Luis Machuca, del que se conserva el pórtico norte adosado a la torre de igual nombre. Esta parte del palacio no es visitable, pero puede verse perfectamente desde la Plaza de los Aljibes. 



Mexuar

La visita oficial empieza en la sala del Mexuar, donde ser reunía el consejo de ministros, y donde el sultán impartía justicia. 
Ha sido muy modificada a lo largo del tiempo; las cuatro columnas centrales sostenían una linterna de luces que fue suprimida para edificar, en tiempos cristianos, una segunda planta. Se le unió una sala o patio que antes existía detrás de la balaustrada renacentista y se utilizó la estancia como capilla.

Alicatado Mexuar
Al fondo de la sala podemos ver un pequeño oratorio con vistas al Albaycín, cuya entrada original se encontraba en el Patio de Machuca. Destaca el Mihrab, orientado hacia la Meca, de rica decoración. 



Oratorio Sala Mexuar

El Mexuar y el Oratorio eran dos estancias utilizadas para diferentes fines. El Mexuar para las reuniones del Consejo de Ministros y el Oratorio, el espacio reservado para la oración.


A este oratorio se accedía originalmente por la galería de Machuca. El nivel del suelo estaba situado a la altura del poyete junto a las ventanas y fue rebajado el pasado siglo para facilitar su visita. Las ventanas permitían al creyente, sentado en el suelo y con el brazo apoyado en el alféizar, divisar el paisaje y meditar sobre la grandeza de la naturaleza y la creación divina. 
La explosión de un polvorín en 1590 arruinó toda la estancia, que fue restaurada en 1917. Las inscripciones contienen una cita del Corán y laudatorios de Muhammad V, entre otras. Entre ellas se lee:

 “Ven a la oración. No seas de los negligentes”.

Existen dos puertas, Por una puerta salimos al Patio del Cuarto Dorado, unión entre este palacio y el de Comares.





Patio del Mexuar o del Cuarto Dorado
No se conoce con certeza el destino dado a esta zona en época árabe. Si se conoce que se adaptó como habitación para Isabel de Portugal, para su estancia en la Alhambra, aunque nunca llegó a ocuparla. En la fachada del cuarto destacan los capiteles de su arco de entrada. Dentro del cuarto sobresale la techumbre, en madera de cedro, y decoración de piñas y conchas. Bajo él, ventanas cerradas con celosías. Dos portadas rectangulares bordeadas de cenefa de cerámica. La estancia está decorada con pinturas góticas y escudos y emblemas de los Reyes Católicos.



Existen dos puertas: Fijaros que bien se puede apreciar el trazado de la Calle Real Baja. Al fondo ya se ve el acceso principal, pero no se podía llegare a esa puerta desde la calle.

La Calle Real Baja hace un recodo y se une con la cuesta de la explanada de Carlos V, justo donde la cola gira para entrar en los alcázares nazaríes.

 Aquí una puerta moderna, es decir del S.XVI, para facilitar el paso del Palacio Imperial a la Casa Real Vieja (Palacio de Comares y de los Leones). Es la Puerta Real, bastante elegante y que sirve desde entonces como acceso al conjutno medieval. Es ahí donde nos picaran nuestro ticket siempre que llegamos a la hora exacta que nos indicaron en la taquilla. 



Por cierto, os pongo una foto de todo el vestíbulo. Al fondo vemos la Puerta Real, por donde acabamos de entrar.
Tras la conquista de Granda, poco a poco, los distintos palacios nazaríes fueron uniéndose de una u otra manera y adquirieron el nombre de Casa Real Vieja. La citada Puerta Interior del Mexuar pasó entonces a llenarse Puerta Real, y es hoy el acceso natural de todos aquellos que visitan los alcázares nazaríes.


Palacio de Comares
La Sala de la Barca da acceso al Salón de Comares
Desde la galería norte del Patio de los Arrayanes y a través de un arco apuntado de mocárabes, accedemos a la sala de la Barca, llamada así ya que tiene un artesonado magníficamente ensamblado en forma de casco de barco. Al primer bloque le llamaremos Sala Baja, lugar de esparcimiento y recreo para las mujeres del Sultán, formado por una sencilla sala techada sin pisos superiores y convenientemente tejada. En segundo lugar se alza la Sala de la Barca, que acoge las estancias privadas del Sultán, y que es coronada por una planta alta de estilo castrense (rematada con almenas y dos torrecillas laterales).
Sala de la Barca
La sala principal es flanqueada por dos alacenas o alhamíes (este-oste). Mucho más espaciosas que sus homólogas meridionales, tienen el privilegio de conservar en sus yeserías algunos trazos de pintura original (azul principalmente). Y es que la Alhambra en su día poseía casi todas sus yeserías pintadas de azul, verde y rojo (aunque hoy a todos nos viene a la mente el blanco si recordamos sus extraordinarias filigranas). En estas hermosas alacenas dormían la “siesta” las mujeres del sultán en las plácidas noches de verano.



Se trata de una sala porticada, gemela a la meridional, con sus seis columnas y siete arcos (siendo más grande el central). Las albanegas y los atauriques son también similares. Sin embargo la estancia en sí, es mucho mayor a la de su homóloga ya que precede la parte más importante de toda la Alhambra.



Por último emerge a poderosa estructura de la Torre de Comares, que atesora en su interior el Salón del Trono.

Esta sala, de forma rectangular de 24 metros por 4,35, parece ser que era más pequeña en un principio, y su ampliación fue realizada por Mohamed V. En esta sala existió una bóveda semicilíndrica que fue destruida por el fuego del incendio de 1890, sustituida por una reproducción de aquella que fue totalmente terminada en 1964. Los muros presentan ricas yeserías con el escudo nazarí y dentro de él, la palabra «Bendición» y el lema de la dinastía «Sólo Dios es vencedor».


La sala se encuentra rodeada por un zócalo en cuyos extremos encontramos alcobas con zócalos de azulejos, que revisten las columnas que sujetan arcos peraltados y festoneados de mocárabes y pechinas.




DORMITORIO SULTÁN
Si miramos a hacia la alcoba izquierda (oeste) estaremos contemplando el “dormitorio” del Sultán. Es muy interesante apreciar la pequeña puertecita que se abre a la izquierda de la alcoba. Esa puerta si es musulmana y daba a acceso a un “retrete privado”. Un lujazo sin precedentes.



ORATORIO
En centro del lienzo septentrional de la Sala de la Barca se abre un gran Arco Doble que da ingreso al Salón del Trono.Pero entre estos dos arcos, como puede apreciarse en la foto, se ubica una especie de pasadizo transversal, donde su extremo izquierdo (oeste) posee una puerta que nos conduciría a las estancias superiores de la Torre y su delicada terraza (almenada). Es posible que el sultán viviera aquí en los meses de invierno.En el extremo derecho del pasadizo (este) se abre a un hermoso oratorio privado, donde los cristianos abrieran una puerta que ya ha sido sellada.




Interior de la Torre de Comares
Detalle del Salón de Embajadores
Al frente, tras el formidable arco central que limita el citado “pasadizo transversal” (que parece excavado en las entrañas mismas de la Torre de Comares), se abre al fin el acceso definitivo al Salón del Trono. El corazón de la Alhambra.Uno de los aspectos más atrayentes del Salón de los Embajadores es su techo, de forma cúbica. En él se representan los siete cielos de la cultura musulmana, situados uno encima de otro. El Corán


dice que sobre ellos está el
trono de Dios; todo el techo está lleno de estrellas, en total son ciento cinco.El techo es una representación el Universo, quizás una de las mejores representaciones de la Edad Media. Realizado en madera de cedro con incrustaciones de maderas de diferentes colores, va formando estrellas superpuestas que forman diferentes niveles. En el centro y lo más elevado está el Escabel (عرش) sobre el que se establece Dios-Alláh según los relatos coránicos. Desde éste se van repitiendo las figuras geométricas que dividen el techo en siete espacios, que representan los 7 cielos que descienden consecutivamente hasta este mundo: el 7 es uno de los números simbólicos por excelencia. Entre todos ellos configuran el Trono (كرس), que es el símbolo de la creación entera. Este uso simbólico de cosmología coránica -con tantas alusiones al Escabel, el Trono, al Rey que se asienta sobre él- tiene una clara intención de legitimar al soberano como representante (jalifa de donde viene califa) de Dios en la tierra.




Desde el patio del Arrayan destaca en un de sus extremos, el imponente torreón de Comares.

Patio de los arrayanes y Torre de Comares

Al Patio de los Arrayanes, también conocido como de la Alberca y de Comares. Es un patio clásico de tipo arábigo-andaluz, con dos pórticos en sus lados menores, una gran alberca en la que se reflejan las construcciones, rodeada por macizos de arrayán, y dos pilas de marmol que vierten sus aguas en el estanque. Los pórticos tienes 7 arcos semicirculares, siendo mayor el central, de paños de yeso calados. Sobre el pórtico sur se elevan dos plantas, una con siete ventanas con celosías de madera, siendo la central doble, y otra superior ésta con una galería sobre el patio. 


La iluminación nos llega de las ventanas presentes en los camarines que se abren en las paredes, tres por cada muro. En la central, frente a la puerta, era donde se situaba el trono y es la más ricamente decorada. A mayor altura. una serie de ventanitas caladas iluminan el bello techo de madera, que representa los siete cielos del cosmos islámico que recorre el alma del creyente hasta encontrar a Allah. 



Palacio de los Leones


Desde el patio de Arrayanes, seguiremos la visita por una habitación del lado este, que nos comunica con el Palacio de los Leones. Esta comunicación es moderna, ya que antiguamente estos dos palacios no estaban comunicados directamente.



En este palacio el arte nazarí alcanza su máximo esplendor, en el que se alcanza una belleza de una sensibilidad y armonía incomparables, donde la luz, el agua, el colorido, la decoración exquisita, convierte a este palacio en una maravilloso placer para los sentidos, en el que se deja atrás el periodo anterior de decoraciones más abstractas y geométricas para dar paso a un estilo más naturalista, sin duda influjo de lo cristiano, acrecentado por la amistad que mantuvieron Mohamed V y Pedro I, el Cruel, por aquel entonces monarca cristiano.

De planta rectangular, rodeado por una esbelta galería con 124 columnas de mármol blanco de Macael (Almería). Alrededor, las alcobas, salas privadas del sultán y esposas con piso alto abierto, falta de ventanas que miren al exterior, pero con jardín interior como corresponde a la idea musulmana del paraíso. Lo que hoy es tierra en el patio, fue jardín. De cada sala fluyen 4 arroyos que van al centro: los 4 ríos del paraíso. Las columnas se unen con paños calados que dejan pasar la luz. Fustes cilíndricos muy delgados, anillos en la parte superior, capiteles cúbicos sobre los que corren inscripciones. Las planchas grises de plomo son amortiguadores para los terremotos. Los dos templetes que avanzan a los dos lados opuestos del patio son como un recuerdo de la tienda de campaña de los beduinos.
Permite el acceso a distintas salas: al oeste la de los Mocárabes, al este la de los Reyes, al norte la de Dos Hermanas, Ajimeces y Mirador de Daraxa y al sur la de los Abencerrajes y el Harén

Sala de los mocárabes

Se llama así por la bóveda de mocárabes que la cubría. La de hoy es del siglo XVII. Muros con labor de yesería, inscripciones religiosas y escudo de la dinastía Nazarí
Sala de los Mocárabes que debió servir de habitación vestibular o de recepción, al encontrarse próxima a la entrada principal del Palacio.



A ella se accede por tres grandes arcos de mocárabes, ricamente decorados, que le sirven de iluminación y aireación, además de permitir desde el interior una bella perspectiva del patio.

Su denominación procede de la bóveda que originalmente cubrió la estancia. Esta bóveda  debió ser de una extraordinaria riqueza decorativa y que, dada su fragilidad material, el yeso, sufrió de manera irreparable las consecuencias de la explosión de un cercano polvorín en 1590, siendo derribada y sustituida parcialmente por la que actualmente subsiste, en el siglo XVII, con motivo de una visita a Granada del Rey Felipe V.



La sala de los Mocárabes es la más sencilla de todas las salas del Cuarto de los Leones. Se encuentra a la entrada antigua del palacio, y su nombre se debe a la bóveda de mocárabes que la cubría, y que fue demolida debido al mal estado en que quedó tras la explosión de un polvorín en 1590. Se dividió la sala en dos partes: la parte izquierda se cubrió con una bóveda elíptica y se separó, sobre 1636, de la derecha con una reja. En sus paredes se pueden observar fajas de yeserías entre las que se encuentran el escudo y el lema nazarí. 


Sala de los Abencerrajes


Se encuentra situada frente a la Sala de Dos Hermanas, y su nombre se debe a que la tradición popular asegura que en esta sala fueron degollados los caballeros Abencerrajes, aunque los autores no se ponen de acuerdo sobre qué monarca ordenó su ejecución.  
Esta sala fue alcoba del sultán. Al ser cuarto privado no hay ventanas al exterior. Los muros están ricamente decorados. El estuco y los colores son originales. El zócalo de azulejos es del siglo XVI, de la fábrica Sevillana de azulejos. La cúpula está decorada con mocárabes, en el suelo, en el centro, una pequeña fuente servía para reflejar la cúpula de mocárabes, que al estar ricamente decorada, conseguía una luz encantadora y mágica, pues al entrar la luz por la parte superior iba cambiando según las distintas horas del día. De la pila baja sale un canalillo que conduce el agua hasta la fuente de los Leones. 


La Sala de los Abencerrajes tiene una gran historia. Se dice que 36 caballeros murieron aquí cuando Boabdil los sacrificó. Los Abencerrajes eran muy populares en la ciudad y eran la personificación de todo es noble y es caballeresco. El ejército no tenía igual. Aunque probablemente no sea la verdad que el rey los sacrificó, hay un rojo, el color de sangre, entre las baldosas del suelo en esta sala.

Sobre ocho trompas de mocárabes encontramos una magnífica cúpula también de mocárabes. En estas trompas podemos leer la siguiente inscripción: «No hay más ayuda que la que viene de Dios, el clemente y misericordioso»
Las ventanas situadas en el comienzo de la cúpula dejan pasar una luz tenue que ilumina sus mocárabes, dándole un aspecto mágico. El piso alto parece que estuvo dedicado al Harén (harim), y por tanto era un espacio exclusivamente femenino.
El Harén
El Harén era un espacio exclusivamente femenino. Un extraordinario mirador, abierto al patio por tres arcos, que tendría en su época una celosía, permitía la contemplación de las concubinas del mismo sin originales de esta sala, con un labrado extraordinario.
Al contrario de lo que popularmente se piensa que era un Harén, éste no es más que el hogar del mandatario, donde no hay recepciones oficiales, ni protocolo, en definitiva, donde el monarca desarrollaba su vida familiar dentro del palacio, lejos de la idea de que el Harén era donde el sultán mantenía a sus esposas alejadas del resto del mundo, constantemente vigiladas por una corte de eunucos, y donde sólo el sultán tenía el acceso permitido. 
Muy al contrario, la tradición dice que un día Mahoma se encontraba jugando con sus nietos, pero el profeta recibía muy a menudo y sin previo aviso visitas de amigos y fieles. Así que aquél día un grupo de fieles llegó a visitarlo sin avisar y descorrió la cortina tras la que Mahoma se revolcaba en el suelo con los niños. Parece ser que el sorprender al gran maestro en aquella actitud no fue del agrado ni del profeta ni de sus discípulos, por lo que, tras aquel incidente, Mahoma empezó a hablar a sus seguidores de que era necesario habilitar una parte de la casa para uso exclusivo de la familia, donde estuviese prohibida la entrada a los visitantes.  


Sala de los Reyes
Ocupa todo el lado oriental del patio. Llamado así por la pintura que ocupa la bóveda del cuarto central. Es la sala más larga del Harén, dividida en 3 cuartos iguales y dos pequeños que pudieran ser armarios, por su emplazamiento y falta de iluminación. Probablemente destinada a fiestas familiares.
Esta sala se la denomina de los Reyes por el tema de una pintura que podemos observar en la cúpula central. También se la llamó de la Justicia y del Tribunal a partir del siglo XVIII. Se accede a ella desde la cabecera del Patio de los Leones por tres pórticos con arcos triples de mocárabes y decorados con rombos calados, sostenidos por finas columnas. Por su disposición, la sala queda dividida en siete partes: tres habitaciones cuadradas, separadas por dos tramos rectangulares y alcobas en los extremos. En las habitaciones cuadradas se observan cúpulas de mocárabes y se accede a los tramos rectangulares que las separan a través de arcos dobles, tramos que también poseen bóvedas de mocárabes, al igual que las alcobas. Toda esta distribución y decorados realzan la luz que penetra en la sala, en la que se contrasta la pesadez de los arcos con la delicada ornamentación de sus muros, compuesta por inscripciones, así como por un zócalo de alicatados que rodeaba la sala, del que sólo quedan dos fragmentos.

Sala de dos Hermanas
La sala de las Dos Hermanas presenta un espacio central de planta cuadrada, con función de mexuar o sala del consejo de visires, cubierto con cúpula de mocárabes sobre tambor octogonal, flanqueado por tres salas laterales, y al fondo se abre el mirador de Lindaraja, como sala del trono, desde el cual, porque los jardines con su fuente se hallaban abiertos sobre Granada antes de las reformas del emperador Carlos V, el sultán podía contemplar la capital del sultanado.
Aunque quizás podamos pensar que el nombre de esta sala provenga de alguna leyenda o hecho acaecido en ella, el nombre de esta sala se debe a dos grandes losas gemelas de mármol que se encuentran en el piso de la sala. Esta sala era el centro que una serie de habitaciones que servían de residencia a la Sultana y su familia real, y se sabe que la madre de Boabdil vivió aquí con sus hijos, tras ser repudiada por Muley Hacén.
La sala de las Dos Hermanas fue construida por Muhammad V durante la primera parte de su reinado (entre 1354 y 1358) y tiene la función de nuevo mexuar del sultán, cuyo trono queda emplazado en el mirador de Daraxa o Lindaraja. Este mexuar de la sala de dos Hermanas tenía función representativa y de aparato, ya que un segundo mexuar con funciones administrativas, que se hallaba anexo, ha desaparecido. En este momento (1362) no se había construido el resto del palacio de Leones, ni el patio ni las demás salas, que debieron edificarse a partir de 1363.
La sala es cuadrada, con techos de lazo y alcobas que comunican con las Habitaciones de Carlos V y, a través de un balcón, con los Jardines del Partal. La entrada a la sala se realiza a través de un arco semicircular festoneado, que conserva las puertas de madera originales. A través de un pasadizo podemos llegar a los aposentos altos, con techos labrados en el siglo XVI. A la cámara del mirador se accede a través de tres pequeños arcos, con mocárabes en los arcos laterales y albanegas labradas en el central. A través de sus ventanas podemos tener una vista del Patio de los Leones.
El pavimento de la sala, de mármol, posee una pequeña fuente con surtidor y un canalillo que conduce el agua hasta el patio de los Leones. 
El elemento más impresionante de la sala, por su belleza y perfección, es la cúpula de mocárabes que encontramos en su techo, en la que la iluminación ha sido perfectamente estudiada, mediante la abertura de ventanitas laterales, convirtiendo la cúpula en una preciosa flor de una riqueza exquisita, que Ibn Zamrak ya dejó recogida mediante un poema del que podemos encontrar un fragmento sobre un zócalos de azulejos, con irisaciones metálicas. Las paredes de la sala están cubiertas de unas finísimas yeserías con diversos temas, entre los que podemos encontrar tanto el clásico lema de los nazaríes «Sólo Dios es vencedor» como, por ejemplo, unas manos cerradas.  





Sala de los Ajimeces
Se le llama así a esta sala por los balcones gemelos de su pared norte, que se asoman al jardín. La sala, que comunica con la Sala de Dos Hermanas y con el Mirador de Daraxa es rectangular y está cubierta por una cúpula de mocárabes, rehecha en el siglo XVI. Sus paredes están decoradas con yeserías con inscripciones religiosas y escudos con el lema nazarí. Un friso rodea la sala bajo la cúpula con una inscripción que reza:
«La ayuda y protección de Dios y una victoria espléndida sea para nuestro señor Abu' Abd Allah emir de los muslimes».


Esta estancia recibe su nombre de los cierres que originalmente debieron tener las ventanas geminadas situadas en los ejes de los lados mayores.
Los ajimeces eran balcones volados de madera con celosías, muy utilizados en la arquitectura nazarí, de los que apenas quedan ejemplares aunque se han mantenido, por sus propias características, en algunos conventos de clausura y en la arquitectura popular andaluza, dando lugar con otros materiales, a numerosas variedades.
Se accede a esta Sala a través de un gran arco angrelado, abierto en el muro, en cuyo intradós aparecen las habituales tacas nazaríes. La decoración mural de la Sala, en la parte superior, es a base de yeserías policromadas, quedando la zona inferior sin decoración, probablemente para recibir un tapizado. La bóveda de mocárabes fue rehecha en el primer tercio del siglo XVI.


El interior del mirador es una salita rectangular, con dos arcos laterales y uno doble frente a la entrada que mira al Patio de Daraxa, que fue cerrado por las Habitaciones de Carlos V. Sobre los ventanales se encuentran unos arcos apuntados de mocárabes, en cuyo paños aparecen inscripciones de alabanza a Dios, a Mohamed V y poesías.

Baños

Por el lado este de la Torre de Comares se accedia al Baño Real. Dos puertas daban acceso al mismo; la situada en el lado norte, en la planta alta, desembocaba en la sala de reposo. Por la puerta sur se pasaba a un pequeño zaguán con una alhania con doble arco.

A la zona de baños se entraba bajando desde la Sala de Camas, (ésta fue muy restaurada por Rafael Contreras a final del s. XIX).
Los baños cuentan con sus tres salas características: fría, templada, y caliente.

La joya de la casa árabe. El baño para el musulmán es una obligación religiosa. La construcción es copia de las termas romanas. Tienen 3 salas:
  1. Cambio de ropa y descanso. Sala de las camas y reposo. Aquí se desnudaban, pasaban luego al baño y volvían a descansar. A veces les traían aquí la comida. En la galería alta había músicos y cantores.
  2. Masaje. Sala de refresco o masaje. Son dos galerías con arcos.
  3. Vapor. Sala de vapor. Más pequeña. Las bóvedas están abiertas con tragaluces en forma de estrella que en su día estaban cubiertos con cristales de colores, pero no herméticos, de manera que pudiese salir el vapor y entrar el aire fresco.

Sala del Baño

Patio de la Lindaraja

Contiguo al Patio de la Reja se abre otro con estructura semejante pero ambiente ciertamente diferente por su carácter claustral. 
El Patio de Lindaraja adopta el nombre del precioso mirador que lo preside en su cara meridional, toda ella fachada exterior del Palacio de los Leones que, hasta el siglo XVI, quedaba abierta al paisaje.
A partir de entonces, lo que debió ser un jardín bajo y abierto queda encerrado por las tres crujías de las Habitaciones del Emperador, con galerías porticadas en planta baja para las que se utilizaron columnas procedentes de otros lugares de la Alhambra, creando así una sensación de claustro acentuado por el diseño del jardín y por la fuente situada en su centro.
Mirador
Esta, de piedra de Sierra Elvira y diseño barroco en su base, antepecho y pilastra, tuvo, al menos desde 1626 hasta marzo de 1995 en que se desmontó para su restauración y conservación en el Museo de la Alhambra, una hermosa taza nazarí de mármol con decoración de gallones e inscripción epigráfica, probablemente destinada al mismo Palacio de los Leones.




PUERTAS DE ENTRADA A LA ALHAMBRA
Crujía 
Se sale del Patio y del itinerario de los Palacios, por la única de las tres crujías, que también tiene en planta alta una galería denominada hasta época reciente «de Châteaubriand» por haber dejado en ella su firma el famoso escritor y político francés, cuyas columnas proceden del derribo del Patio de Machuca.

Puerta de la Justicia

De las cuatro puertas exteriores del recinto amurallado de la Alhambra, la más monumental es la Puerta de la Justicia, edificada en 1348.
Junto a ella puede observarse un baluarte circular de artillería cristiana desde el que desciende un muro en piedra labrada, ante el que se talló una de las obras maestras del Renacimiento granadino, el Pilar de Carlos V.
A mitad de la Explanada existe otro pilar, mucho más modesto, dedicado al escritor Washington Irving por la ciudad de Granada, con motivo del centenario de su muerte (1859).
La Puerta de la Justicia es también conocida como Puerta de la Explanada por el amplio espacio que se extendía ante ella. Su majestuosa figura preside todo el espacio y se ha convertido en uno de los símbolos de la Alhambra.
De hecho, aparte de su función estructural, esta Puerta posee uno de los valores simbólicos más destacados de la Alhambra: la mano en la clave del gran arco de fachada y la llave en la clave del arco de entrada (símbolos islámicos), contrastan con la imagen gótica de la Virgen y el Niño, de Roberto Alemán, emplazada por orden de los Reyes Católicos sobre la inscripción árabe fundacional de la puerta.
Cuatro columnas adosadas en cuyos capiteles aparece la profesión de Fe musulmana, enmarcan el portón de la entrada que ha conservado sus hojas de madera chapadas en hierro y demás herrajes originales, recientemente restaurados.
El interior, como es característico de estas construcciones defensivas, se desarrolla en doble recodo, salvando un pronunciado desnivel, cubierto sucesivamente por bóvedas de aristas y una cúpula, pintadas con ladrillo rojo fingido, una de las características de la arquitectura nazarí.
A la salida se construyó, a petición de los vecinos de la Alhambra en 1588, un Retablo, obra de Diego de Navas el Joven, en el lugar en que se celebró la primera Misa tras la conquista. La cara interior de la Puerta conserva parte de la preciosa decoración original de rombos cerámicos en las albanegas del arco de herradura.
Frente a ella se desarrolla una amplia calle antemuro, al pie de la muralla, reforzada tras la  conquista, mediante restos de lajas sepulcrales. Continuando brevemente el ascenso de la calle se desemboca en el punto de inicio del itinerario oficial de visita, la fachada de la Puerta del Vino, ante la Plaza de los Aljibes.

la Puerta del Vino

Esa puerta fue construida por Muhammad V durante el siglo XIV. El nombre de ese edificio procede de una deformación del árabe. Normalmente debía llamarse la puerta Bib al-hamra, es decir la puerta roja o la puerta de La Alhambra. Pero esa palabra fue confundida por los cristianos con Bib al-jamra que significa justamente la puerta del vino. Los cristianos hablaban solamente un árabe oral que servía para comercio, por eso, habían confundido los dos palabras. Esa falta es probable porque los musulmanes no habían dado a ese edificio el nombre de una bebida alcohólica.

La Puerta del Vino es de hecho una torre que fue en otro tiempo incluida en una pared que separaba los palacios de los nobles de la medina próxima. Esa puerta se cerraba todas las tardes, antes de la puesta del sol. La pared fue destruida y ahora, ese caserón está aislado sobre la Plaza de los Aljibes. Como todo el resto de la Alhambra, la Puerta del Vino inspiró a muchos artistas. En el siglo XIX, muchos pintores franceses e ingleses representaron esa puerta sobre sus acuarelas. Pero no inspiró solamente a los pintores, también muchos a músicos, entre los cuales destaca el célebre Claude Debussy que compuso una obra titulada La Puerta del Vino, en la que podemos ver algunas simetrías que recuerdan las de la puerta











Como el que constituye el legado de ese moro, extranjero en Granada, que fue ayudado y socorrido por Peregil 
el Aguador y cuya generosidad fue premiada con uno de esos legendarios mapas de alguno de los tesoros que los reyes de la Alhambra habían dejado ocultos en sus recónditos pasadizos subterráneos.     
¿Fantasía? ¿Realidad? No importa. Al final de la película


 "El hombre que mató a Liberty Valance"

un empleado de ferrocarril viene a decir que si la verdad no supera a la leyenda: 


siempre será mejor imprimir la leyenda que circunscribirse a los hechos. Por eso, cada vez que un lector abre "Los cuentos de la Alhambra" y se asoma a las historias que contara Washington Irving, está contribuyendo a acrecentar ese mito legendario de unos tiempos, épocas y lugares soñados y añorados por los siglos de los siglos

Cuentos de la Alhambra  (Washington Irving)


THE END....

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