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miércoles, 16 de noviembre de 2011

desde Dura Europos a las Catacumbas de Roma....los caminos subterráneos

Dura Europos o Dura-Europos (Dura, término babilónico que hace referencia afortaleza y Europos, localidad de nacimiento de Seleuco Nicator, a quien se atribuye su efectiva fundación) fue una antigua ciudad de origen macedónico-griego fundada en el 300 a. C., asentada sobre restos de una localidad semita. Está situada en la actual Siria, a mitad de camino entre Alepo y Bagdad, a orillas del Éufrates, en un punto estratégico de varias importantes rutas comerciales de la antigüedad. Allí está enclavada la actual Salihiye.
Actualmente, es conocida con el nombre de Qalcat al-Salihilya, punto estratégico en la "carretera real" de los Parthos, entre Babilonia y el Mediterráneo. 
Junto a Edessa y Nísibis formaba parte del entramado de comunicaciones delImperio seléucida. En el siglo II a. C. fue ocupada por los Partos. No obstante, a nivel artístico, quedó bajo la influencia del helenismo griego, lo que puede observarse con más claridad en el Templo de Artemisa.
Arquitectura
Las comunidades cristianas de la época del arte paleocristiano necesitaban dos tipos de ubicaciones para realizar sus actividades religiosas: domus ecclesiae y cimeterios
Domus Ecclesiae
Se trata del equivalente a una parroquia actual. No tenían una forma especial debido a que normalmente se empleaba una vivienda romana normal de dos pisos adaptándola a las funciones que necesitaban dividiéndola con tabiques.
Las domus ecclesiae solían tener salas para la celebración del acto eucarístico, los ágapes, los bautizos, otras para la formación doctrinal de los presbíteros a los catecúmenos o neófitos (no bautizados), salas de tipo administrativo e incluso también la vivienda para el presbítero.
La sala destinada a la Eucaristía solía tener un gran tamaño y estaba dividida en dos partes por un arco o una puerta debido a que los catecúmenos no podían ver aunque sí escuchar la Consagración, así que debían retirarse a la segunda parte de la estancia (catecumenado) al llegar dicha parte.
Estas parroquias son llamadas indistintamente Domus ecclesiae o Tituli. Las dos parroquias más importantes que se conservan son el Titulus de San Martino al Monte (Roma) y el Titulus de Dura Europos (Siria):
Titulus de Dura Europos (Siria)

En la población de Dura Europos en Siria se halló una pequeña villa romana, con un barrio cristiano, agrupado en torno a esta domus, y un barrio judío, agrupado en torno a una sinagoga.

Esta titulus también está organizada en torno a un patio central y contaba con dos pisos, ya que se ha encontrado una escalera.

Todas las estancias estaban comunicadas entre sí. Había una gran sala alargada a la izquierda dividida por un muro con una gran puerta (mayor separación del catecumenado) y con una gran entrada con escalones.
Al fondo existió un salón muy grande, también con una gran entrada, donde se debían celebrar los ágapes. El tamaño de esta sala indica el gran número de fieles que tenía este titulus.
Aquí sí había baptisterio con una piscina bautismal. Es una estancia bastante pequeña en la que se ha encontrado una gran decoración pictórica con los principales fundamentos del ciclo de salvación cristiano. 
Cimeterios (cementerios)
En este periodo de la arquitectura y arte cristiano había dos tipos de enterramiento: los areae y las catacumbas.
Areae

Se encuentran en prácticamente todo el Imperio puesto que fue el tipo de cementerio habitual entre los cristianos.

Estaban formados por tumbas cubiertas por losas con la particularidad de que muchas tumbas disponían de una mesa, o bien, en el cementerio había una sala cercana a las tumbas con esas mesas, debido a los ágapes funerarios que se celebraban tras el entierro en el cementerio.
Otras comunidades más pudientes tenían, en vez de un recinto cerrado, un pórtico con columnas en un lateral del cementerio donde se disponían las mesas.
A ciertas personas de la comunidad, consideradas más santas o más dignas, se les concedían tumbas más elaboradas, no cubiertas únicamente por losas sino por pequeños monumentos arquitectónicos que consistían en pequeños túmulos cuadrangulares o trilobulares de no más de 2 metros de altura llamados cellae.
A veces incluso estos cellae se consideraban insuficientes y se construían edificios más elevados circulares y cubiertos por cúpulas que son el inicio de los mausoleos. Tenían está forma debido a que estaban inspirados en los heroa (pequeños edificios de planta circular cupulados que servían para rememorar los hechos o la muerte de algún héroe pagano).

Catacumbas
Las catacumbas sólo se encuentran en zonas de roca blanda: Roma, sur de Italia (Nápoles y Sicilia) y en el Norte de África.
Desde un punto de vista etimológico, el origen de la palabra catacumba es incierto. Algunas fuentes creen que viene del griego κατα (arriba), y τυμβoσ (túmulo); o también deκατα (arriba) y κυμβη (penetración). Otras dicen que viene del latín cumbo, de un verbo que combinado con las partículas ad, cum y de, significa yacer, o estar acostado, de ahí que catacumba signifique "lugar donde se está acostado". Su traducción literal es "agujero", nombre de un distrito periférico de Roma, en cuyas proximidades había un cementerio subterráneo, donde en el siglo III, se trasladaron provisionalmente los cuerpos de San Pedro y San Pablo. En castellano es un término que empezó a utilizarse en el siglo XVIII.

Los cristianos se solían apropiar de terrenos cercanos a caminos donde ubicaban sus cementerios tras consagrarlos.
En las persecuciones que se hicieron contra los primeros cristianos, los romanos solían saquear esos cementerios. Para evitarlo, los cristianos se acogieron a una institución oficial romana de carácter funerario llamada Collegia Salutaria que proporcionaba a la sociedad, entre otras cosas, lugares donde enterrar a sus muertos. De esta manera las autoridades no podían ir en contra de su propia institución y saquear tumbas cristianas, así que en un determinado momento prohibieron a esta institución ceder a los cristianos tierras.
Así, cuando las tierras cedidas se llenaban de enterramientos, los cristianos se vieron obligados a horadar galerías subterráneas en esos lugares para enterrar en ellas a sus muertos. Este sistema hace que lo más cercano a la superficie no sea lo más reciente, como suele suceder, sino lo más antiguo (los niveles arqueológicos están invertidos).
El nombre de "catacumba" procede del cementerio de San Sebastián, próximo al río Tíber. Para acceder a él había que descender por una cuesta hasta llegar a una hondonada (ad catacumba) y de ahí se fue extendiendo ese nombre a otros cementerios, aunque no hubiera hondonada.
Una catacumba estaba formada por entrecruzamiento de galerías más o menos regulares. Los pasillos transversales, que eran muy estrechos, eran llamados "ambulacrum". Estaban llenos de nichos llamados "loculi". Los de las personas a las que la comunidad quería resaltar tenían un arco de medio punto encima y eran llamados "arcosolium". Algunos pasillos terminaban en unos pequeños recintos donde se colocaba normalmente una mesa, probablemente abatible, y adosado a la pared había un banco (algunos con una cátedra, probablemente para el presbítero). En estos pequeños recitos se celebraban los ágapes funerarios y eran llamados "cubiculum". A veces estas salas también tenían nichos y otras veces estaban decorados. Es muy probable que familias pudientes (seguramente patricios romanos) hicieran de los cubicula pequeños mausoleos.
El empleo de las catacumbas se extenderá hasta los siglos IV y V, mucho después de la legalización del cristianismo. La razón por la que se siguieron empleando en momentos donde los cristianos podían contar con amplios espacios para sus enterramiento sin miedo a las perscuciones se debe a que los fieles querían ser enterrados cerca de los primeros cristianos, muchos de los cuales murieron como mártires.

Los hebreos mantuvieron la costumbre como en Palestina de poner a sus muertos un espacio escavado en la roca. En Roma adaptaron esa costumbre construyendo catacumbas antes de la era cristiana. Se conocen dos catacumbas judías en Roma.
En el primer siglo los cristianos no tenían cementerios propios. San Pedro y San Pablo fueron enterrados en cementerios comunes, S. Pedro en la necrópolis de la Colina Vaticana, S. Pablo en una necrópolis de la Vía Ostiense.  Los cristianos construyeron catacumbas a partir del segundo siglo. La  construcción de estas catacumbas se extendió hasta el siglo IV.
Los cristianos rechazaron la costumbre pagana de incinerar los cuerpos prefiriendo la inhumación por respeto al cuerpo que espera la resurrección y según la sepultura de Jesús (en la actualidad la Iglesia permite la incineración pero sigue prefiriendo la inhumación). Celebraban en ellas ritos funerales y aniversarios de los mártires y otros difuntos. Las catacumbas hacían posible enterrar un gran número de personas dentro de un terreno pequeño. De esta manera los pobres también tenían lugar de entierro junto con sus hermanos de fe. Además en las catacumbas los cuerpos estaban protegidos de actos sacrílegos y de robo. 
Los paganos no construían catacumbas para enterrar a sus muertos sino que los incineraban y  depositaban sus cenizas en la tumba de su familia o sepulcro común (columbarium). Desde el tiempo de los Apóstoles hubieron conversiones de paganos al cristianismo. Algunos de estos conversos eran de la nobleza romana, como lo aseguran los historiadores paganos Tacitus, Suetonius, Dio Cassius y otros. Hay numerosos epitafios pertenecientes a tumbas de nobles romanos del primer siglo. Los nobles conversos tenían tumbas familiares y desde esos terrenos permitieron a sus nuevos hermanos en la fe construir catacumbas llamadas"koimenterion" o "coemeterium" (lugar de descanso).

Su estructura
Por lo general el espacio consta de diversos núcleos, dispuestos en pisos, casi siempre excavados en distintas épocas. Cada piso tenía su entrada propia hasta que con el tiempo se fueron comunicando hasta quedar reunidos.
En las catacumbas podemos distinguir varias partes: un trazado laberíntico de galerías denominado "criptas", las cuales a veces se ensanchan formando una especie de cámaras poligonales llamadas "cubículos", donde se enterraban los muertos por martirio. Es frecuente que estos cubículos estén decorados con pintura mural al fresco.
Las fosas de enterramiento excavadas en las paredes de las catacumbas podían ser de dos tipos: 
            rectangulares, denominadas loculi o semicirculares, llamadas arcosolio.


Al principio las paredes no tenían ningún tipo de ornamentación, sólo tomaron como práctica el fijar en los muros monedas y camafeos y de este modo señalar la fecha. Esta costumbre ha facilitado mucho el estudio y la datación a los arqueólogos. Algunas monedas llevan la efigie de Domiciano (51-96), incluso de emperadores más antiguos (como Vespasiano o Nerón). Sólo más tarde y durante los periodos de calma en que no había persecuciones, se fueron llenando las paredes de pinturas.

Algunas catacumbas:  


  • En Via Ardeatina, la catacumba de Domitila, sobrina del emperador Domiciano
  • En la Via Salaria, la catacumba de Priscila, quien posiblemente fue la esposa del consul Acilius Glabrio
  • En la Via Appia, la catacumba de San Calixto (Via Appia Antica 126, 00179) y  Lucina, miembro de la familia de Pomponia
  • En la Via Ostiense, la catacumba de Comodilla, conectada con la tumba de San Pablo.
  • Las catacumbas de Prætextatus, Hermes, Santa Agnes, San Lorenzo, Valentín, Pedro y Marcelino.
Primera iconografía cristiana


Los primeros cristianos utilizaron imágenes de carácter simbólico para representar aspectos fundamentales de su doctrina.
Las imágenes en los domus o en las catacumbas no van a aparecer hasta el siglo III debido a que el crisitianismo, que se fundamenta en el Antiguo Testamento, es una doctrina que reniega de la imagen de la divinidad.

<<"para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros" (Heb.11:40). Ellos fueron glorificados como Santos en el Nuevo Testamento. Si es que en las Sagradas Escrituras se establecen estrictas prohibiciones en contra de erigir ídolos y rendirles culto, no se puede por ningún motivo transferir esta prohibición a los íconos cristianos. Los ídolos son imágenes de dioses falsos, y el culto a ellos fue adoración a demonios u otros seres imaginarios que no tienen vida, objetos inanimados, madera, oro o piedra. Las Sagradas Escrituras nos enseñan estrictamente "poder discernir entre lo Santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio" (Levítico 10:10). Quien no es capaz de diferenciar las sagradas imágenes de los ídolos, quien injuria o profana íconos, aquel comete sacrilegio y se somete al juicio de las Sagradas Escrituras, que advierten: "¿Cómo es que tú, que abominas a los ídolos, cometes sacrilegio?" (Rom. 2:22-23).

Los descubrimientos de arqueología eclesiástica atestiguan, que en las catacumbas de la antigua Iglesia existían imágenes sagradas, así como en otros lugares de reunión y posteriormente en los templos cristianos. En los casos en los que los autores cristianos se manifiestan contrarios a las estatuas, lo hacen teniendo en cuenta el culto pagano (concilio de España del año 305). Algunas veces, tales manifestaciones y prohibiciones fueron provocadas por circunstancias especiales de aquella época, como por ejemplo, la necesidad de resguardar los objetos sagrados de las masas de los perseguidores: los paganos y la población no cristiana y adversa.

Es lógico suponer, que en el período inicial de la historia del cristianismo, era necesario apartar al pueblo de la idolatría pagana, antes de introducir en su vida la idea de la plenitud de las formas de glorificar a Dios y sus Santos, entre las cuales podemos contar las expresiones por medio de las pinturas y las imágenes sagradas.

El séptimo Concilio Ecuménico expresó el dogma sobre la veneración de los Santos íconos de la siguiente manera: "...nosotros por lo tanto, definimos con celo y precaución, que junto con la figura sagrada y vivificante de la cruz, así también sean veneradas las sagradas imágenes... En cuanto, más frecuentemente, nuestro Señor Jesucristo, la Madre de Dios, los ángeles y los Santos representados en los íconos sagrados, se conviertan en objeto de contemplación, tanto más, quienes los contemplan serán incitados a recordar los mismos prototipos y adquirirán más amor por ellos. También definimos, que los íconos se deben venerar besándolos y con inclinaciones honrosas; no con la genuina veneración a Dios, que según nuestra fe, le corresponde únicamente a la naturaleza Divina, sino con la veneración por medio del incienso y el encendido de velas... Pues la honra que se ofrece a la imagen se transmite al prototipo.">>

La eclosión iconográfica del siglo III, que además aparece de igual manera en lugares muy lejanos, se debió a una unificación de criterios debido a la petición insistente de miembros cristianos de que aquello que se les explica aparezca en imágenes
Muchos de estos miembros son romanos cristianos que estaban acostumbrados a que se representaran las escenas referidas a las religión.
Existe una hipótesis por la que esta eclosión iconográfica del siglo III tuviera lugar como reacción y lucha contra una religión rival que sí utiliza la imagen como vía de difusión: el judaísmo.
Esta hipótesis está reafirmada porque la sinagoga de Dura Europos está llena de imágenes del Antiguo Testamento, que tras haber realizado la prueba del carbono 14 ha resultado que es un poco más antigua, aunque casi contemporánea, que el domus ecclesiae que se encuentra en esa ciudad.
Pero es importante resaltar que la iconografía cristiana no es de nueva creación, aunque los contenidos sí son nuevos. Recoge las imágenes del arte romano que tenían un contenido moral (los romanos habían empezado a preocuparse por el más allá y empiezan a darse representaciones de virtudes, escenas de contenido moral, etc.) y las subliman a un contenido divino.
Aún así, también se crearon imágenes nuevas para adoctrinar y explicar escenas y contenidos del Antiguo Testamento.
Al iniciarse la iconografía cristiana, se emplean fundamentalmente símbolos debido a la tradición de prohibir la imagen descriptiva, pero paulatinamente la iconografía comenzará a hacerse narrativa. Algunos de los símbolos más importantes son:

Buen Pastor
Catacumba de Priscila (Roma)
El Buen Pastor: representa una figura masculina, joven, vestido como un pastor, que lleva sobre sus hombros un cordero y, generalmente, con una mano sujeta las patas y con la otra una jarro de leche o alguna otra cosa relacionada con la ganadería. Representa al Cristo redentor. No es original, proviene del moscóforo griego, que era el joven que llevaba los animales en los sacrificios, el portador de las ofrendas. Es un símbolo del culto. Esta imagen fue tomada por los romanos para uno de sus dioses más queridos: el Hermes crióforo, que era la imagen moral del dios protector. Este símbolo se dio principalmente en el siglo III.
Cristo Filosofo
Catacumba Comodila

El Cristo filósofo: está representado igual que un filósofo clásico (túnica corta, pelo corto y sandalias), con una actitud docente a la masa (da sensación de estar cercana de la gente). Sujeta siempre un libro. El filósofo para la sociedad romana estaba, por su formación, próximo a la divinidad. Representa tanto a Cristo filósofo como a la doctrina cristiana como auténtica filosofía. Es muy común en el siglo III, sobre todo en sarcófagos.





«Ichthys», que significa
 «pez» en griego
como símbolo de Cristo
El Cristo pescador: está relacionado con el Bautismo. Es el Cristo que está pesando las almas (los peces) procedentes de las aguas del bautismo. Procede de un símbolo moral pagano del que no se sabe qué carga moral tenía. A veces al lado de él aparece una escena del Nuevo Testamento en la que Juan, una figura grande, posa la mano sobre la cabeza de Cristo, una figura pequeñita, ya que representa a un niño porque la Liturgia de ese momento denomina como "puer", niño, al catecúmeno en el momento del bautismo.En ocasiones, aparece una paloma ya que en los Evangelios se cuenta que en el momento en el que Juan estaba bautizando a Jesús se abrieron los cielos y bajó el Espíritu de Dios en forma de paloma y sonó una voz que decía "Este es mi Hijo bien amado". Supone una reafirmación de la Santísima Trinidad.
Banquete Eucaristico
Sta. Priscila(Roma)
El ágape o banquete eucarístico: está inspirado en el tipo de banquetes grecorromanos (mesa semicircular, comensales reposando en divanes, etc.). Siempre hay platos pero no con pan sino con pescado, ya que el pez es un símbolo acróstico de Cristo.


Las almas en el Paraíso: es el icono del más allá. Se trata del Buen Pastor rodeado de paisaje y animales (jardín celestial). Hay siempre machos cabríos, que representan el alma indómita que consiguió reformarse, y ovejas, que simbolizan el alma limpia.

Sta. Priscila (Roma)

El orante: se trata de una figura con ambas manos hacia arriba. Proviene de la iconografía pagana, en la que representaba a la piedad. En el cristianismo aparece convertida en el alma que da gracias a Dios (de alabanza) o el alma suplicante, depende del contexto.

Catacumba San Pietro y Marcelino

El pecado original: se representa siempre de la misma manera: el árbol de la ciencia entre Adán y Eva. Es habitual que aparezca la serpiente, normalmente enroscada en el árbol, a veces en el tronco, a veces en las ramas, a veces dirigiéndose a Eva.
Muchas veces Adán y Eva se encuentran cubriéndose los genitales con hojas de parra y se muestra su arrepentimiento.

San Calixto (Roma)

El arca de Noé: se representa en el momento en el que la paloma vuelve con la rama de olivo. La nave tiene forma cúbica no se sabe si por deseo de abstracción a la hora de reproducirla o por ignorancia del autor.




Catacumbas
San Pietro y San Marcelino

Los tres jóvenes hebreos en el horno: con actitud de súplica o de alabanza.
Jonás y la ballena: normalmente se le representa en el momento en que es arrojado al mar. Durante este periodo la ballena se representa como un dragón. A veces se representa toda la historia en varias escenas, a las que se le añade una última que viene de Endymión, un protegido de Zeus al que este le da un descanso placentero para siempre. Esta última escena representaría el descanso eterno del alma en el paraíso.

La Anunciación: es muy importante porque es el inicio de la Redención. Se representa a la Vírgen entronizada con el ángel anunciándole la noticia con el brazo extendido.

La adoración de los Reyes Magos: o Epifanía (salvación universal). El número de reyes que aprecen es variable, se representa como astrólogos probablemente persas que por un cometa adivinaron que había ocurrido algo especial, el nacimiento de un personaje muy importante para la humanidad.
El hecho de que los magos sean extranjeros y de otra religión (ni judíos ni cristianos) es muy importante ya que dan un carácter de universalidad a la Redención.


2 comentarios:

  1. Excelente artículo que resalta la importancia de las primeras representaciones artísticas cristianas con su fundamento teológico.

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    1. Gracias. Ni me acordaba de esta publicación.

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